Las bandas delictuales, entre sus modus operandi, se dedican al secuestro con fines de extorsión, generando una sensación de inseguridad en medio del denso ambiente económico que vive el país.
Los familiares, en especial padres y hermanos, de famosos futbolistas argentinos se han convertido en los últimos años en un blanco de bandas delictivas que, entre sus modus operandi, se dedican al secuestro con fines de extorsión, generando una sensación de inseguridad en medio del denso ambiente económico que vive el país.
La privación de la libertad de Juan Alberto Cabral, padre de Carlos Tévez, por quien se exige un millonario rescate es apenas el último de una saga de secuestros que flagela el mundo del fútbol.
Otros casos en años recientes involucran a Juan Román Riquelma, los hermanos Diego y Gabriel Milito y, Leonardo Astrada.
Archivos policiales indican que Rubén Astrada, padre de Leonardo, fue liberado el 23 de julio de 2003 tras 26 días en poder de una banda que emitió media docena de comunicados para exigir medio millón de dólares, un rescate que nunca se pagó. Astrada fue liberado.
Cristian Riquelme -hermano de Juan Román Riquelme, ídolo de Boca que recién se incorporó al plantel de Argentinos Junior, fue secuestrado el 3 de abril de 2002 en la puerta del pub Los Pinos, en Don Torcuato, una localidad a unos 35 kilómetros al norte de la capital argentina.
Cristian, por aquellos años futbolista en el club Platense, fue retenido 29 horas antes de ser liberado en una plaza pública de Ramos Mejía, 25 kilómetros al oeste de Buenos Aires, después que Román pagara un rescate que se cree sumó unos 160.000 dólares.
Ese mismo año, el 27 de agosto, Jorge Milito -padre de los futbolistas Diego y Gabriel, en Racing e Independiente, respectivamente- fue secuestrado por una banda que exigió US$200.000
Jorge Milito fue liberado tres días más tarde con base en el pago de unos US$75.000.