El fármaco, ya aprobado por la FDA para su uso en diabetes, deberá esperar las pruebas clínicas correspondientes y la posterior aprobación del organismo norteamericano para "estrenar" su nuevo uso.
Universidad de Florida / Sin duda una muy buena noticia, un grupo de investigadores ha descubierto que un medicamento ya existente para la diabetes se puede utilizar para detener la progresión de otra enfermedad, una que es de las principales causas de trasplantes de hígado.
Un ensayo clínico de tres años dirigido por el investigador de la Universidad de Florida, Kenneth Cusi, encontró que el medicamento pioglitazona es seguro y eficaz en ciertos pacientes que tienen esteatohepatitis no alcohólica o EHNA, una enfermedad crónica del hígado causada por la acumulación de grasa. Los resultados fueron publicados ayer 20 de junio en la Annals of Internal Medicine.
La EHNA, a menudo conocida como la enfermedad del hígado "silenciosa", afecta a un 10 a 20% de la población y quizás hasta a un tercio los pacientes adultos con diabetes en los Estados Unidos, de acuerdo a estudios recientes. Si no se controla puede causar una inflamación crónica que conduce al cáncer de hígado o cirrosis. Esta enfermedad es también la segunda causa principal de trasplantes de hígado y los números siguen creciendo cada año, según afirmó Cusi, jefe de la división de endocrinología, diabetes y metabolismo en el College of Medicine de la Universidad de Florida.
El diagnóstico y tratamiento precoz de la EHNA es crucial para quienes tienen mayor riesgo, como lo son en general los pacientes obesos que también tienen prediabetes o diabetes tipo 2. Pero hasta ahora, según Cusi, había poca urgencia para con los diagnósticos de EHNA, ya que no existían medicamentos disponibles para controlarla o revertirla.
Del grupo de investigación de ensayo clínico, que constaba de 101 pacientes con EHNA y prediabetes o diabetes tipo 2, se encontró que la pioglitazona redujo la actividad de la enfermedad del hígado graso en un 58% de los participantes. En poco más de la mitad de los participantes -51%- la enfermedad decreció lo suficiente para no ser considerada ya más una amenaza para el órgano.
"Lo emocionante de todo esto es que ya existe un medicamento genérico que impide la aparición de la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares en estudios recientes. Ahora, este fármaco también puede reducir la enfermedad por exceso de acumulación de grasa hepática e inflamación del hígado y fibrosis alta, la cual conduce a la cirrosis. Esto tendrá una gran cantidad de beneficios a largo plazo para muchos pacientes, ya que contarán con un medicamento muy asequible y que ya está siendo utilizado para tratar la diabetes tipo 2", aseveró Cusi.
El estudio también tendrá implicaciones para los individuos con prediabetes y EHNA porque la enfermedad del hígado graso es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2, incluso en aquellos que no son obesos, según afirmaron los investigadores.
Los reguladores federales aprobaron el medicamento Actos (pioglitazona) en el año 2000 y una versión genérica del medicamento en 2012, con el cual se buscaba mejorar el control de glucosa en la sangre en adultos con diabetes tipo 2. Sin embargo, el uso de la pioglitazona para la enfermedad del hígado requerirá un ensayo clínico grande, multicéntrico, que podría tomar siete años o más, además de necesitar la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos en EE.UU (FDA).
Un ensayo multicéntrico permitiría a los investigadores aprender más sobre los beneficios a largo plazo de la droga para los problemas del hígado y determinar por qué algunos participantes responden mejor que otros a la medicación, sentenció Cusi.
Los investigadores no están del todo seguros respecto a cómo funciona la pioglitazona frente a la enfermedad hepática. Los pacientes con EHGNA son resistentes a la insulina, lo cual significa que su cuerpo no responde normalmente a su propia insulina. Este defecto promueve la acumulación de grasa y la inflamación en el hígado. Los investigadores creen que el medicamento genera mejoras moleculares en el hígado y otros tejidos tales como grasa. Esto ayuda a la respuesta del cuerpo a la insulina, haciéndolo sensible a la insulina de nuevo y restaurando el metabolismo normal.
A pesar del tamaño relativamente pequeño de la reciente prueba, Cusi destacó que es el mayor estudio de un solo centro y el primer estudio a largo plazo en que se examina esta droga como tratamiento para las personas con EHNA, junto con prediabetes o diabetes tipo 2. También es el estudio más largo que relaciona la EHNA con cualquier fármaco y el que obtuvo un mayor acercamiento sobre el tratamiento que debiera aplicarse sobre esta enfermedad, en comparación con otras investigaciones, concluyó.