Con los bioequivalentes como arma de guerra, Novartis amenaza a Roche y su hegemonía en la industria y, particularmente, a la relacionada a la oncología.
Reuters. Las farmacéuticas más grandes en Suiza se encuentran en una batalla debido a las copias baratas de medicamentos biotecnológicos más caros -una de las razones por la cual Novartis está considerando vender en US$ 14.000 millones su participación en el rival del otro lado de la ciudad, Roche.
Con una copia de la droga para la leucemia de Roche, Rituxan, esperando la aprobación en Europa, Novartis apunta a reforzar su participación en un mercado que el año pasado generó 7 mil millones de francos suizos -cerca de US$ 7,1 mil millones-
Pero Roche está golpeando de vuelta con una nueva medicina, Gazyva, la cual, según afirman, es mejor que el Rituxan.
Esta batalla ilustra lo totalmente diferentes que son las estrategias de las dos compañías de Basilea. Más allá de su próximo nuevo catálogo, Novartis tiene una gran apuesta: piensa que los "bioequivalentes" de su unidad de genéricos, Sandoz, pueden echar mano a parte de las ganancias de sus rivales, mientras que Roche ha limitado su enfoque a generar nuevos medicamentos para contrarrestar estas incursiones.
"¿Refleja este pensamiento todo sobre nuestra participación en Roche? Obviamente, lo hace", afirmó Joe Jimenez, director ejecutivo de Novartis, y agregó que liberarán "una de las mejores y más potentes ventas y fuerzas médicas en oncología" para comercializar rituximab, el nombre genérico del Rituxan, ya el próximo año.
Novartis adquirió un tercio de las acciones con derecho a voto de Roche a principios de los 2000 durante una fallido intento de fusión. Mientras Jimenez estudia una salida, ha abandonado sus demandas por una prima por participación para Novartis.
El ejecutivo no ha puesto un marco de tiempo para la potencial venta, pero los analistas creen que es cada vez más probable, dada la intensificación de la batalla entre las dos firmas.
El dinero recaudado podría reforzar "la mano" de Novartis, mientras Roche está a la espera a que la venta no reduzca el precio de sus acciones. Analistas creen que la participación de Novartis recaerá en inversores institucionales más que un postor potencial, mientras que la familia fundadora de Roche conservará una participación que los capacite para controlar la compañía.
CAMBIO DE SUPUESTOS
Roche no ha querido comentar respecto a los planes de Novartis. Pero aún se mantiene en secreto si es que los científicos podrán crear nuevos y más potentes medicamentos más rápido que los bioequivalentes de los rivales como Novartis, que podrían "saquear" los ingresos de fármacos más antiguos.
Un estudio publicado la semana pasada aclaró que Gazyva era superior al Rituxan para el tratamiento del linfoma folicular. "Es un ejemplo perfecto de nuestro compromiso de mantener nuestro foco en desarrollar medicina innovadora para que las personas puedan enfrentar enfermedades complicadas", comentó quien está a la cabeza en Roche, Dan O'Day, el lunes a través de un mail.
Mientras Roche reúne nuevos datos sobre sus fármacos próxima generación, Jimenez envió una advertencia la semana que pasó: las copias bioequivalentes se venderán con un descuento del 75% en comparación al medicamento original, siendo una apuesta más profunda en comparación a lo que había expresado Novartis originalmente.
La tendencia emergió en Europa el año 2015, con fuertes descuentos ofrecidos en copias de Johnson & Johnson y de la marca Remicade de Merck & Co, para la artritis reumatoide y la enfermedad de Crohn.
Lo que pierda por el precio, Jimenez planea compensarlo a través del volumen. "Si tu miras el retorno absoluto que proyectamos, estamos esencialmente ahí -en el objetivo- o incluso más allá, incluso con estos supuestos", declaró.
MOTIVACIÓN PARA VENDER
Novartis tiene muchas motivaciones para descargar las acciones de Roche.
Primero, Novartis está construyendo su franquicia de medicamentos para el cáncer luego de que en 2015 adquiriera los bienes de GlaxoSmithKline, por ende la participación en Roche, el fabricante más grande del mundo en medicina oncológica, arriesgaría poner "demasiados huevos en una sola canasta".
También, los margenes de ganancias por fármacos asociados al cáncer de Roche podrían reducirse si es que la estrategia de bioequivalentes de Novartis funciona.
"La decisión de vender su participación en Roche está parcialmente motivada por la dinámica de equivalentes", le comentó a los inversores el analista de Leerink, Seamus Fernandez.
Las ganancias de las acciones podrían reponer las adquisiciones del "tesoro de guerra" de Novartis con Jimenez buscando "poner cerrojo" a objetivos de más de US$ 5.000 millones, o incluso más altos, mientras el precio de las adquisiciones baja.
La tensión entre las compañías podría escalar al punto en que Roche debería tratar de detener la copia de Rituxan, rituximab, en la corte. Una demanda de este tipo traería tiempos de incomodidad en Basilea.
La amenaza legal es real: Xarxio, la versión de Novartis del muy vendido Amgen para tratar infecciones en pacientes con cáncer, llegó al mercado norteamericano el 2015 una vez que superó un desafío legal.
Jimenez afirmó que las estrategias legales agresivas de los autores de ciertos fármacos para retrasar posibles copias han reemplazado a la aprobación del gobierno como el mayor obstáculo para introducir bioequivalentes en Estados Unidos.
"Ahora estamos viendo menos regulaciones y más bloqueos", declaró. "Eventualmente, cuando se ganen las batallas legales, podrán ver un buen negocio en Estados Unidos con los bioequivalentes.