El mandatario estadounidense niega haber tenido esa relación extramarital y tanto él como la Casa Blanca rechazan que, a nombre del Presidente, se le pagara a Stormy Daniel US$130 mil para que no mencionara la relación en plena campaña electoral estadunidense.
Stephanie Clifford, conocida en la industria de la pornografía como Stormy Daniels, o simplemente Stormy, ha conseguido más que algunas organizaciones políticas opositoras al presidente Donald Trump: ponerlo contra las cuerdas por una demanda que puede ventilar cómo el mandatario habría tratado de impedir que la actriz para adultos publicara detalles de una relación íntima entre ambos.
Stormy es productora, directora y actriz con premios de actuación de filmes para adultos, una industria que genera US$97 mil millones anuales globalmente, y en Estados Unidos, básicamente en California, significa, cuando menos, US$12 mil millones anuales.
Inició su carrera a los 17 años de edad en su natal Luisiana como bailarina nudista hasta que cumplió los 18, la edad mínima para participar en escenas en la industria de la pornografía, y cambió su nombre al artístico Stormy (o Tormentosa, en inglés).
A los 23 años, en 2002, firmó un contrato como actriz con la empresa porno Wicked Pictures, donde dos años después comenzó a dirigir películas para adultos.
Ha tenido algunos papeles fuera de la industria pornográfica, como una participación en la película Virgen a los 40, y como bailarina en un video de Maroon 5, para la canción Wake up call.
Incluso en 2009 tuvo un coqueteo con la política. Sus fanáticos querían que fuera senadora federal por Luisiana, pero la potencial candidata Stormy agradeció la distinción y se abstuvo al considerar los costos de una campaña electoral.
El conflicto que Stormy tiene con el presidente Trump habría iniciado en julio de 2006, durante un torneo de golf de celebridades en Lake Tahoe, en California.
El entonces empresario ya estaba casado con Melania, quien recién había tenido al hijo de ambos, Barron.
Según la actriz, la aventura de Trump con Stormy duró varios meses, y los dos se encontraron en varias ocasiones, incluida una cita en una suite del Hotel Beverly Hills en Los Ángeles y en su oficina en la Torre Trump.
Trump niega haber tenido esa relación extramarital y tanto él como la Casa Blanca rechazan que, a nombre del Presidente, se le pagara a Stormy US$130 mil para que no mencionara la relación en plena campaña electoral estadunidense.
El abogado de Trump, Michael Cohen, dijo por su parte que pagó de su bolsillo los US$130 mil en efectivo a Stormy poco antes de la elección presidencial, en la que Donald Trump resultó electo.
Michael Cohen asegura que no utilizó dinero de la campaña electoral, lo que habría constituido un delito.
Stormy dijo a fines de marzo, en entrevista con la cadena CBS, que tuvo una relación con Trump y que se le trató de silenciar, pero no con un pago de 130 mil dólares en efectivo, sino mediante un desconocido que se le acercó cuando ella aseguraba a su pequeña hija en un asiento de su auto y le dijo que “sería una pena que algo le pasara a la mamá” de la menor.
Stormy presentó una demanda para intentar anular un contrato de confidencialidad, por el que recibió los 130 mil dólares, para poder hablar libremente del asunto.
La semana pasada, agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) catearon la oficina y la vivienda de Cohen en busca de documentos y registros de conversaciones entre Cohen y el primer abogado de Stormy Daniels.
Derivado de lo que se encontró en la investigación que llevó al cateo, y de lo que el FBI halló entre las pertenencias de Cohen, este fin de semana en Nueva York trascendió que Donald Trump ha sido el único cliente de Cohen, pero que no le ha servido como abogado, sino como “ajustador”, es decir, como un allegado que le soluciona conflictos al Presidente.
Pero también trascendió que en ese papel de ajustador Cohen viajó a Praga en septiembre de 2016, menos de dos meses antes de la elección, por lo que mintió al decir a autoridades federales que nunca hizo ese viaje.
Después del cateo a Cohen y antes de que se señalara al abogado de Trump como su ajustador, Stormy reveló que ahora colabora con autoridades federales.
El caso de la actriz porno parece haber revelado un modo de operar de Cohen con el que el abogado habría viajado en secreto a Praga para solucionar un asunto que implicaba al actual Presidente.
Bella, como su hija. En una entrevista con la revista In Touch, Stormy relató que “una vez me dijo que yo era alguien a tener en cuenta, bella, inteligente, al igual que su hija”, dijo. Y remató afirmando que si ella no fuera su hija, “quizás estaría saliendo con ella”, asegura Daniels.
Agregó que “en realidad, ni siquiera sé por qué lo hice, pero recuerdo que mientras estábamos teniendo relaciones sexuales, yo estaba como, ‘Por favor, no intentes pagarme’”.
La actriz porno también recuerda que el entonces empresario le mostró una revista en la que él aparecía en la portada. Ella dice haber tomado la publicación, la enrolló y jugueteó con castigar con golpes al entonces empresario de bienes raíces y conductor de televisión.
De hecho, siempre según Stormy, él le dijo ‘te llamaré, tengo que verte de nuevo. Eres increíble. Tenemos que llevarte a The Apprentice”.
Cada vez que necesitaba ponerme en contacto con él, siempre respondía a mi llamada o me llamaba en 10 minutos”, agregó Daniels a In Touch.