Diversas expresiones artísticas cautivaron a las miles de personas que durante los cuatro días de la feria mantuvieron a tope el lugar, demostrando así que la gente está ávida por nutrirse de estas actividades culturales.
Existen muchas formas de hacer arte y muchas más maneras de entenderlo. Un claro ejemplo de eso fue la nueva versión de la Feria Ch.ACO, la cual se realizó en la Estación Mapocho de Santiago de Chile durante la semana pasada.
Esta nueva versión reunió en esta oportunidad a treinta galerías de diversos países, con más de 800 obras, y 12 Pop_Up Spaces, donde se presentaron trabajos de diversos artistas de la región y del mundo.
Diversas expresiones artísticas cautivaron a las miles de personas que durante los cuatro días de la feria mantuvieron a tope el lugar, demostrando así que la gente está ávida por nutrirse de estas actividades culturales.
Uno de los artistas a destacar en la muestra fue Matilde Pérez, artista visual chilena, considerada la pionera del arte cinético en su país, quien destacó no solo porque algunas de sus obras fueron presentadas por la galería La Sala, sino también, porque, como un extraña coincidencia, la autora de renombre internacional falleció a los 97 años el mismo día de la inauguración.
Óleos, cuadros con aplicaciones, fotografías, obras en base a espejos, collages, mensajes de neón, objetos modificados, un libro que registraba durante un año las pelusas del ombligo del autor, fueron algunas de las diversas propuestas que se pudieron apreciar en esta nueva versión.
Uno de los elementos destacable del evento, es que Ch.ACO le da espacio tanto a los artistas consagrados, como a los más independientes, por lo que es una gran plataforma para dar a conocer y difundir.
Incluso, se dio paso a que se llevara a cabo una intervención urbana, dado que una galería chilena Local Arte Contemporáneo montó en una esquina un pedazo de playa, con arena, quitasol y una radio, para que la gente pudiera mirar ese espacio desde otra perspectiva, más relaja e inclusiva.
Algunos de los autores que llamaron la atención fueron Benjamín Ossa, Diego Massi, Tomás Munita, Moisés Yagües,Tan Vargas, Ernesto Javier Fernández, Gonzalo Sánchez, Margarita Dittborn y Guillermo Lorca; dado que los trabajos de estos artistas encantaban tanto por la técnica, como por su mensaje o lo novedoso de su propuestas.
Si bien, algunas salas estaban mucho más nutridas que otras en cuanto a propuestas y cantidad de obras, la variedad de estilos y formatos fue diverso y, en cierto punto, equilibrado.
Espacios como estos son destacables y necesarios dentro de un contexto latinoamericana aún agreste, aunque cada vez más abierto y ávido de adentrarse en las diversas ramas del arte. Por ello, uno de los grandes desafíos por parte de las galerías es lograr validar socialmente al coleccionista de arte privado y darle notoriedad. Sin embargo, luego de ver el lleno total de la Feria Ch.ACO esta misión parece menos lejana que hace unos cuantos años atrás.