Es una enfermedad psicosomática: aunque tiene un diagnóstico y tratamiento médico, su origen es psicológico, apuntando a un conflicto emocional.
¿Te despiertas por la mañana con mucho dolor y terriblemente agotada y rígida? Ésa es una de las señales más clásica de la fibromialgia. Esta enfermedad de origen psicosomático afecta principalmente a mujeres en edad adulta y se estima que cerca del uno o dos por ciento de la población chilena la padece.
La Corporación de Fibromialgia de Chile la define como una enfermedad crónica caracterizada por dolor músculo esquelético generalizado y fatiga, con una exagerada hipersensibilidad en múltiples puntos definidos, sin alteraciones orgánicas demostrables.
“La fibromialgia es una enfermedad psicosomática, es decir que aunque tiene un diagnóstico y tratamiento médico, su origen es psicológico, apuntando a un conflicto emocional. Es una enfermedad reumatológica y uno de los síntomas más importantes es el dolor crónico. Por ello, la fibromialgia es una enfermedad que genera un deterioro importante en la vida de las personas, mayoritariamente femenina de edad adulta, donde hay dolor en diferentes zonas del cuerpo. Es una enfermedad real, no es una hipocondría, pero no existe una causa orgánica que la produzca o la explique en su totalidad. Son enfermedades que afectan el cuerpo, lo físico, pero que tienen un origen en lo psicológico”, explica Alejandra Rodríguez, docente de la carrera de Psicología de la Universidad del Pacífico, y directora del Centro del Dolor de Chile.
Entre los síntomas más representativos están los dolores musculares en áreas como cuello, hombros, espalda, caderas y extremidades, además de trastornos de sueño y síntomas ansiosos que persisten por más de tres meses. Pero, ¿cómo se diagnostica?
“La fibromialgia es un diagnóstico complejo porque generalmente se confunde con otras patologías como artritis y reumatismo. El diagnóstico básicamente es clínico, lo que consiste en que el doctor presiona de manera moderada con su pulgar los 18 puntos específicos del cuerpo, y si en 11 puntos hay dolor, entonces se diagnostica fibromialgia. Otro de los síntomas muy frecuentes es que las personas despiertan en la mañana con mucho dolor, muy agotadas, rígidas y tensionadas, ya que su dormir no es placentero ni reponedor y, en la medida que van haciendo ejercicio, moviéndose en el día, se van sintiendo mucho mejor”, describe Rodríguez.
La experta, asegura que hay casos tan graves de esta enfermedad crónica que las personas pueden llegar a terminar postradas, porque la rigidez es máxima.
Personalidad sobreexigente y traumas del pasado
Según varios estudios, del 40 al 70% de los pacientes que padecen Fibromialgia también sufren del Síndrome del Intestino Irritable (más conocido como Colon Irritable). ¿Por qué? La causa es que el origen de estas enfermedades está en lo psicológico y en la predisposición en términos de la personalidad.
“La literatura es bien contundente en precisar que existe una personalidad a la base de la fibromialgia, pero no hay evidencia científica porque la personalidad es un factor muy complejo. Hay un consenso teórico que existiría una personalidad más vulnerable a las enfermedades psicosomáticas, la denominada ‘personalidad sobreadaptada’, término que acuñó el psicoanalista argentino David Liberman”, apunta la docente de Psicología de la U. del Pacífico.
Según la especialista, las características principales que presentan quienes tienen una “personalidad sobreadaptada” son la disociación mente-cuerpo, ya que son incapaces de elaborar las emociones en lo mental directamente y por ello lo hacen en el cuerpo, produciendo el ‘misterioso salto de lo mental a lo somático’; alexitimia, que es la dificultad para verbalizar las emociones, por lo que no descargan la energía de las emociones, ni por la vía verbal ni conductual, y terminan descargándolo en el área somática; y la sobreexigencia, ya que al tener problemas para poner límites, son personas poco asertivas y están pendientes de los otros más que de ellas.
“Generalmente son personas que se ven cuerdas, normales, pero se sobreexigen tanto que el cuerpo se empieza a enfermar, más que la mente; de hecho, son personas que no tienen depresiones clínicas, pero el cuerpo les pasa la cuenta. Son personalidades orientadas al deber ser, personas que manejan mal el estrés, híper responsables, muy perfeccionistas y muy abocadas a su trabajo, entre otras características”, indica Alejandra Rodríguez, Magíster en Psicología Clínica.
Otro de los indicadores que predispondrían a una persona a padecer de fibromialgia es que haya tenido una experiencia traumática en la infancia. “El trauma explicaría que hay un efecto de sumatoria del dolor, porque en cualquier persona que no tenga el trauma frente a un estímulo doloroso éste cesa y su mente lo olvida, pero en cambio en los pacientes, producto del trauma, quedaría como una fijación de ese recuerdo y se van sumando otros. Hoy hay evidencia de que el estrés postraumático tiene estrecha relación con el dolor crónico. Si tú has tenido experiencias traumáticas no elaboradas en tu pasado es más probable que un dolor se cronifique”, apunta la especialista.
¿Cómo se trata la fibromialgia? Como sus síntomas se manifiestan a nivel físico muscular, sus remedios suelen ser paliativos, como antinflamatorios. Sin embargo, es importante tratar la base del problema: lo psicológico.
“Desde el punto de vista psicológico sería ideal una psicoterapia para tratar las dificultades que tiene el paciente para manejar mejor el estrés y las emociones. También se recomienda realizar trabajos corporales, es decir, tratar de hacer una actividad que lleve a la persona a entrar en contacto con su cuerpo, como tai chi, yoga, meditación, etc. Hay que entender que la fibromialgia es una enfermedad crónica, que no se cura, pero se pueden disminuir los síntomas y mejorar la calidad de vida. Una enfermedad psicosomática tiene que trabajarse desde lo multidisciplinar, médico, psicológico y kinésico”, concluye Alejandra Rodríguez, docente de la carrera de Psicología de la Universidad del Pacífico.