Ambas naciones están preocupadas por posibles monopolios y falta de competencia en el mercado.
Filipinas y Malasia dijeron el lunes que analizarán si los pasos dados por Uber Techologies para vender su negocio del Sudeste Asiático a su rival Grab obstaculizan la libre competencia, días después de que Singapur inició una investigación por preocupaciones similares.
El extendido escrutinio del acuerdo en el Sudeste Asiático podría representar un gran obstáculo en los intentos de la empresa estadounidense de mejorar la rentabilidad al salir de su deficitaria operación regional. También se produce cuando Grab se prepara para enfrentar una competencia más dura por parte del rival indonesio Go-Jek.
En una acción poco común, Singapur propuso la semana pasada medidas provisionales para exigir a Uber y Grab que mantengan sus precios previos a la transacción hasta que complete una revisión del acuerdo, argumentando que tenía "motivos razonables" para sospechar que se había infringido la competencia.
"Es probable que la adquisición de Grab-Uber tenga un gran impacto en el público y en los servicios de transporte. Como tal, el PCC está estudiando de cerca el acuerdo", dijo la Comisión de Competencia de Filipinas (PCC) en un comunicado.
La entidad argumentó que el acuerdo colocará a Grab en un monopolio virtual en el mercado de transporte compartido y su revisión determinará si la transacción reduce sustancialmente la competencia. Además, dijo que se reunirá con representantes de Grab y Uber el lunes.
Si surgen preocupaciones anticompetitivas, Uber y Grab podrían proponer medidas para subsanar eso. En el caso de que no las presenten voluntariamente, la comisión podría abrir un expediente que podría bloquear el acuerdo, dijo.
Malasia también dijo el lunes que monitorizará a Grab por su posible comportamiento anticompetitivo.
"No lo tomaremos a la ligera. Monitorizaremos esto porque todavía es temprano y no sabemos qué sucederá después", dijo la ministra de Gobierno, Nancy Shukri, cuya cartera supervisa la autoridad de licencias de transporte público.
Grab, que opera en 195 ciudades en ocho países del Sudeste Asiático, no hizo comentarios inmediatos.