Tras la Feria de Electrónica de Consumo, el dominio de Sony y Panasonic parece ser cosa del pasado. Las surcoreanas Samsung y LG parecen ser las líderes del sector.
Las Vegas. Los niños japoneses suelen tener 'hansekai' o "conversaciones de reflexión" para estudiar lo que hicieron mal durante una obra de teatro o una competición deportiva.
Hay mucho de esa clase de introspección entre los directivos japoneses de empresas tecnológicas tras la Feria de Electrónica de Consumo (CES) de la semana pasada, donde el dominio de Sony y Panasonic pareció ser cosa del pasado, arrebatado por las surcoreanas Samsung Electronics y LG Electronics.
Para recuperar su competitividad, los fabricantes japoneses de electrónica deberían mirar a las fusiones y adquisiciones, recortes de gastos y otras medidas para ampliar su cuota de mercado en el extranjero, según las autoridades, inversores y banqueros.
Sin embargo, los directivos veteranos tienden a resistirse al cambio, y las mucha facciones halladas en los grupos japoneses suelen ralentizar la toma de decisiones debido al valor que se le atribuye al consenso.
Algunos inversores temen que una economía más favorable en 2010 retrase las conversaciones de cambio, y las empresas niponas se distraigan por las luchas de patentes para proteger tecnologías ya existentes.
"Todo el mundo sabe lo que hay que hacer, pero la ejecución siempre ha sido el problema en la electrónica", comentó Atsuto Sawakami de Sawakami Asset Management en Tokio.
"No estoy esperando ansioso. Hay lugares mejores para invertir", añadió.
La semana pasada en Las Vegas, en la mayor feria de aparatos electrónicos del mundo, varios directivos japoneses expresaron en privado su sensación de crisis.
Hace unos años, uno iba por el 'stand' de Samsung sintiéndose seguro y arrogante, comentó un empleado de Toshiba. "Pero cada año, el 'stand' es más espectacular, los productos mejor diseñados. Y sigue siendo un reto igualar el precio," admitió, hablando bajo condición de anonimato.
El auge de la marca coreana a expensas de Japón se refleja en el agresivo objetivo de ventas de Samsung en televisiones de pantalla plana, mientras Sony se esfuerza por lograr beneficios.
Acuerdos favoritos. A los banqueros de inversión japoneses les encanta ensalzar los beneficios de una fusión hipotética entre Sony y Sharp, o de Sony con Hitachi.
Están deseando que haya más integración en las empresas niponas de procesadores de sistema y discos duros, especialmente cuando el sector mundial de la tecnología tiende a la consolidación.
Empresas de hardware y software se unen para ser más competitivas, como es el caso de la compra que Sun Microsystems planeada por Oracle, y el acuerdo de Hewlett-Packard con el fabricante de equipos de red 3Comm.
Además, conforme se popularizan productos como las televisiones de pantalla plana, las empresas se ven presionadas para recuperar cuota de mercado con precios competitivos. Algunas, como Toshiba, tienen planes de externalizar más producción.
Pero hay un límite en los recortes de gastos, que pueden permitir esas operaciones, y las empresas japonesas necesitan estar en la vanguardia de las nuevas tecnologías si quieren seguir siendo competitivas y sobrevivir, afirmaron varios directivos.
"Las empresas surcoreanas son abrumadoramente superiores cuando se trata de eficiencia de costos", afirmó el presidente de Sharp, Mikio Katayama, en un aparte en el CES.
"No podemos ganar a menos que hagamos algo que sólo nosotros podemos hacer", añadió.