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Físico mexicano Juan Nepote: "sin imaginación, no hay ciencia"
Viernes, Mayo 2, 2014 - 11:06

El científico llegó a la Argentina en calidad de jurado del 3er. Concurso Internacional de divulgación científica Ciencia que ladra - La Nación y para presentar su obra publicada por Siglo XXI editores.

El físico mexicano Juan Nepote, que mañana sábado presentará en la Feria del Libro su obra "Científicos en el ring", aseguró que "sin imaginación no hay hallazgo científico" y destacó los aportes de la ciencia al enriquecimiento de la lengua.

Nacido en 1977 en Guadalajara, Nepote estudió Física y desde 1999 se ha dedicado a la divulgación científica, labor que le ha valido varios premios, entre ellos el Premio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Jalisco. Además, es autor de los libros "Más allá del océano. Ciencia y ciudadanos en Jalisco y Trieste" y de "Almanaque. Historias de ciencia y poesía".

El científico llegó a la Argentina en calidad de jurado del 3er. Concurso Internacional de divulgación científica Ciencia que ladra - La Nación y para presentar su obra publicada por Siglo XXI editores.

- ¿Escribiste "Científicos en el ring" desde una perspectiva doméstica para captar un público que no está familiarizado con esos temas o la idea fue mostrar que aún en su punto de mayor ebullición creativa los científicos tienen una imbricación importante con lo doméstico?

- Con esta estrategia traté de llegar a un público que posiblemente no esté interesado en la ciencia o no lo haya estado antes, a partir de historias de "lucha libre" que enfrentaron a conocidos científicos por una idea. A su vez me interesó presentarlos en esta suerte de fuero doméstico para que se vean como hombres más cercanos y logremos comprender cómo fue la época en la que vivieron y cómo llegaron a las ideas y descubrimientos que los hicieron célebres, pero también para dar una idea de sus egos, del rechazo que generaron en otros y finalmente de sus peleas con otros sujetos. Finalmente, me interesaba abordar la cuestión del consenso en la ciencia, porque a veces cuando nos detenemos sólo en el resultado y no hablamos del proceso que medió para llegar ahí, nos olvidamos de que lo que se busca en la ciencia en última instancia es el consenso. Sin consenso, no hay ciencia.

- En los últimos años la ciencia ha tenido una visibilidad notable, que tiene su correlato también en formatos de ficción con las series "Fringe" o "The Big Band Theory" ¿Estos ciclos contribuyen a la divulgación de la ciencia o genera distorsiones?

- En el campo de la divulgación parece que la meta es que cada vez más gente se interese por temas científicos. Hay quienes señalan que en pos de eso se aceptan ciertas tergiversaciones, pero aún así creo que este escenario es beneficioso. Lo cierto es que si bien a veces se exagera la caricaturización, estos ciclos son muy útiles porque instalan a la ciencia en la escena cotidiana. Es importante comprender el alcance cotidiano de la ciencia y la tecnología, que finalmente son las que moldean nuestra manera de ser y de relacionarnos con los otros.

- La ciencia ficción de una manera que tal vez se podría considerar azarosa, muchas veces ha formulado teorías y posibilidades que años más tarde fueron respaldadas científicamente ¿Cuando un científico elabora una hipótesis el punto de partida es tan antojadizo como el de un escritor?

- La palabra imaginación me parece una concepto fundamental en el caso de la investigación científica. Hay un arqueólogo mexicano, Otto Schandube, que hace una distinción entre imaginación y fantasía. Si aceptamos eso, la imaginación es un poco menos desbocada que la fantasía y más afín a la ciencia. Sin imaginación no hay ciencia. A veces pensamos que se trata de un trabajo muy metódico y que se sabe dónde se va a llegar. Albert Einstein al respecto decía: "si supiera lo que estoy haciendo no lo llamaría investigación". La mayor parte de los buenos escritores de ciencia ficción han sido tremendos lectores de ciencia.

- Sin embargo, no todos los escritores logran estar imbuidos de conocimientos científicos como en el caso de Verne. Jorge Luis Borges, por ejemplo, anticipó en su relato "El jardín de senderos que se bifurcan" algunas ideas que luego fueron retomadas para que Herbert Simon formulara la teoría de la toma de decisiones

- Sí, es un buen punto. Borges era un sujeto interesado en la ciencia aunque no tenía una formación científica. Era un buen lector de matemáticas, de hecho llegó a escribir varios prólogos para libros de esta disciplina, entre ellos uno que curiosamente se llama "Las matemáticas y la imaginación". Esto nos lleva a pensar en otro elemento central para la investigación: la intuición, que a veces es más importante en el resultado de un trabajo científico que lo que está hecho de manera conciente. Los buenos científicos son aquellos que también se dejan llevar por esos pequeños impulsos y pequeñas intuiciones.

- La ciencia despliega su influencia también en otra dimensión central para la vida: el lenguaje. ¿Por que muchas veces la terminología originada en el campo científico termina siendo resignificada por las ciencias sociales? ¿En qué medida la ciencia enriquece la lengua cada vez que nomina un hallazgo?

- El lenguaje tiene un papel predonderante en la relación entre ciencia y vida cotidiana. Términos como resiliencia o cuántica han sido incorporados al habla de todos los días y a veces incluso tienen derivaciones bizarras.

Autores

Télam