El principal riesgo para la calificación soberana de México en Fitch, en el contexto mundial de choques por coronavirus, caída de precios del petróleo y mayor volatilidad del mercado, sería un crecimiento aún más débil y el potencial deterioro del perfil crediticio de Pemex, advirtió la analista de la agencia, Shelly Shetty.
El principal riesgo para la calificación soberana de México en Fitch, en el contexto mundial de choques por coronavirus, caída de precios del petróleo y mayor volatilidad del mercado, sería un crecimiento aún más débil y el potencial deterioro del perfil crediticio de Pemex, advirtió la analista de la agencia, Shelly Shetty.
“Un lento crecimiento económico dificulta la posibilidad de consolidar las cuentas fiscales (…) junto con la depreciación de las monedas y un crecimiento más lento, la estabilización de la deuda será aún más difícil y es probable que aumenten las relaciones deuda /PIB en México y en toda la región”, acotó.
Al interior de un análisis titulado “Choques por coronavirus y precio de commodities amplifican la presión en los soberanos de América Latina”, destacan los casos de México y Brasil, a quienes recortaron la calificación en 2019 y 2018 respectivamente, reflejando con la acción el debilitamiento de su capacidad para incrementar al PIB.
Según el análisis, firmado por Shetty, “México ha cubierto su exposición directa al precio del petróleo en 2020, pero los precios persistentemente bajos aumentarán las presiones fiscales a partir de 2021 y Pemex requerirá más apoyo para mantener su programa de inversión planificado”.
A nivel regional precisan que la propagación mundial del coronavirus, la fuerte caída de los precios del petróleo y la mayor volatilidad en las monedas y mercados bursátiles, exacerban los desafíos para los principales soberanos de América Latina.
Y advierten que el impacto de este grupo de choques externos se sentirá en la actividad económica regional, en las condiciones fiscales y la posición externa de los países del grupo.
En consecuencia anticipan que “se revisará a la baja sustancialmente la expectativa de crecimiento regional que ahora se encuentra entre 1.5% y 2 por ciento”, que también reflejará un crecimiento mundial más débil, incluyendo a China y Estados Unidos.
Y resaltan que este menor desempeño económico puede limitar la capacidad de reacción de los gobiernos, acotando las posibilidades de otorgar estímulos temporales apropiados en un contexto de condiciones financieras externas más estrictas.