Una noche eufórica, con un músico argentino agradecido y un público encantado fue lo que se vivió el miércoles en el Teatro Caupolicán en la capital de Chile. El rosarino presentó su nuevo disco "Rock and Roll Revolution" (RRR), además de hacer un recorrido por sus clásicos éxitos.
Fito Páez no necesita más que su piano, su guitarra y su banda para armar un show que encanta y remece a miles de personas. No requiere de proyecciones ni asombrosos juegos de luces para hacer vibrar a sus fans y dar un espectáculo inolvidable, con temas cantados prácticamente por el público y una interpretación capaz de poner la piel de gallina.
Justamente eso fue lo que se vivió la noche del miércoles 15 en el Teatro Caupolicán en Santiago de Chile, donde el músico de Rosario presentó su nuevo trabajo "Rock and Roll Revolution" (RRR).
"Este disco lo debería haber hecho hace muchos años pero lo hice ahora y está bueno", confesó entre risas el mismo artista sobre el escenario, a poco de haber arrancado el concierto.
Desde el comienzo se compenetró con el público, hecho que se fue reforzando a medida que pasaba el show. Es que la fórmula era simple: el músico argentino hacía lo que suele hacer y que al público le encanta: ser espontáneo. Por eso, en más de alguna canción cambió la letra para poder situar a Santiago como uno de los protagonistas de sus composiciones.
Fue una interacción permanente, en la que hizo un recorrido por su nuevo trabajo al abrir con "Rock and Roll Revolution" y presentar varios temas de este trabajo, siendo uno de ellos "La canción de Sybil Vane", de la cual reveló su origen. Además, interpretó “Yo te amo” y "Margarita". Obviamente, los clásicos también fueron parte del repertorio, como "11 y 6" y "Rueda mágica", tema que fue lanzado en Chile, según evocó el mismo Fito.
Quizás en homenaje a ese recuerdo hizo lo propio con el tema "Ella sabe todo de mí".
El público vibró a tal punto, que en más de una oportunidad Fito dejó que sus seguidores cantaran sus canciones mientras él los observaba y animaba, logrando una respuesta que dejaba al músico entre la sorpresa y la felicidad.
"De verdad Santiago, las otras ciudades no te llegan ni a los talones", fueron las sentidas palabras de Fito, quien además en otro momento del espectáculo afirmó "yo esto no lo hago por dinero, lo hago porque lo amo".
Frases como esas, y los reiterados agradecimientos, demostraron la emoción sentida durante todo el show por el cantautor transandino, quien además le brindó un homenaje a su compatriota y colega Charly García, al interpretar dos de sus canciones: "Yendo de la cama al living" y "Cerca de la revolución".
"Si él no hubiese nacido no habrían pasado tantas cosas lindas en el mundo. Es uno de los artistas más grandes", dijo Fito, quien reiteró que su disco estaba inspirado en él.
Uno de los puntos más álgidos del show fue cuando sonó "Ciudad de pobres corazones", donde tanto Fito como sus músicos se lucieron con las interpretaciones, siendo el pick cuando el artista argentino se subió sobre su piano para luego bajar y, en un momento de euforia, sentarse frente al piano para tocar intercaladamente ese instrumento y su guitarra en un desplante colérico sin igual.
"Algunas canciones envejecen bien, a mí me gustaría envejecer como ellas", dijo Fito antes que comenzara a sonar "Tumbas de la gloria".
"Circo Beat", "A rodar mi vida" y "Mariposa technicolor" fueron los temas encargados de poner fin a una potente jornada en la que pasó desapercibido que no se logró el lleno total -asistieron unas cuatro mil personas a este recinto que tiene una capacidad de cinco mil-, los leves problemas de sonido y una mínima descoordinación con las luces.
Fito conversó con el público, bromeó, se equivocó en alguna canción, contó historias sobre sus nuevas composiciones, se subió a su piano, se emocionó y -por sobre todo- disfrutó del show, del cariño de la gente, de esos aplausos que lo motivaron a tocar un último tema que no estaba contemplado en su repertorio.
"Dejá todo prendido, es como si fuera el living de la casa, vamos a sacar volando el Caupolicán, Che ¿Qué se piensan? Qué íbamos a pasar por aquí y que no se iban a acordar de nosotros, por supuesto que sí". Y de pronto, comenzó a sonar "El diablo de tu corazón", la última canción.
* Fotografía público y panorámica Productora Poker