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Flipped Classroom: clases invertidas para el aprendizaje del siglo XXI
Jueves, Octubre 8, 2015 - 08:01

Es un enfoque integral que combina la instrucción directa con métodos constructivistas, el incremento de compromiso e implicación de los estudiantes con el contenido del curso y mejorar su comprensión conceptual.

Por Pablo Rodríguez Canfranc en Think BigQué duda cabe que los sistemas de enseñanza y aprendizaje deben adaptarse a las necesidades del siglo XXI. No podemos seguir educando en los centros escolares tal y como se hacía en épocas precedentes; los nuevos tiempos demandan del alumno unas habilidades y unas competencias distintas que requieren de métodos innovadores para su adquisición.

Dentro de las tendencias educativas recientes, destaca una metodología francamente curiosa que se ha venido a denominar Flipped Classroom, término que se podría traducir como “aula invertida” o “aula del revés”, y que ha sido objeto de un monográfico descargable en PDF publicado por el equipo de Innovación Educativa de Fundación Telefónica.

Aparentemente, el Flipped Learning se basa en alterar el modelo tradicional de clase en el que el profesor explica en el aula y el alumno realiza los deberes en su casa. La nueva propuesta parte de que el estudiante se prepara los contenidos en su hogar a través de tutoriales en video o podcast y en el aula el tiempo se dedica a realizar actividades sobre esos contenidos y al intercambio de conocimientos e ideas entre los alumnos. 

Pero este método es mucho más que grabar los contenidos en video. El equipo responsable del proyecto The Flipped Classroom lo define como “un enfoque integral que combina la instrucción directa con métodos constructivistas, el incremento de compromiso e implicación de los estudiantes con el contenido del curso y mejorar su comprensión conceptual. Se trata de un enfoque integral que, cuando se aplica con éxito, apoyará todas las fases de un ciclo de aprendizaje”.

De esta forma, el alumno se convierte en el protagonista de su propio aprendizaje y adquiere responsabilidad en la creación de sus propios contenidos y materiales de estudio. Asimismo, este concepto implica el trabajo colaborativo en equipocomo herramienta para la adquisición de conocimiento.

Los creadores de este concepto, los docentes norteamericanos Jon Bergmann y Aaron Sams, definen los cuatro pilares del método FLIP (utilizando sus siglas):

1. Flexible Environment – Entorno flexible: los educadores reorganizan los espacios de aprendizaje para acomodarlos a una determinada lección o unidad de contenido para apoyar el trabajo de grupo o el aprendizaje individual.

2. Learning Culture – Cultura de aprendizaje: frente al modelo clásico en el que el docente es la fuente de información, en el aula invertida la instrucción recae sobre el propio alumno y el tiempo de clase se dedica a profundizar los conocimientos y a enriquecer las oportunidades de aprendizaje.

3. Intentional Content – Contenido dirigido: los maestros seleccionan lo que quieren enseñar y se convierten en curadores de los contenidos y materiales que los alumnos deben estudiar por sí mismos.

4. Professional Educator – Facilitador profesional: el nuevo rol del profesor es fundamental en el aula invertida para seguir y apoyar el progreso de los alumnos, realimentándolo y evaluándolo.

A pesar de que es la metodología y no la tecnología la piedra angular del concepto Flipped Classroom, las TIC juegan un papel activo en el desarrollo de una estrategia educativa de este tipo. Las redes sociales son profusamente utilizadas para compartir conocimientos y experiencias, Twitter y Google + son buenos ejemplos de ello. Igualmente son fundamentales las herramientas para crear contenidos propios, como pueden ser las presentaciones, los formularios, archivos de audio, vídeos o informes.

Muchas son las ventajas que presenta esta metodología educativa, pero las experiencias llevadas a cabo al respecto destacan:

Los estudiantes reciben feedback inmediato porque los docentes disponen de más tiempo para apoyar con los conceptos más difíciles.
El nivel de frustración es menor pues el estudiante que antes dejaba tareas sin acabar por la complejidad ahora cuenta con la ayuda del profesor para acabarla.
Los maestros explican con más detalle las partes más difíciles.

Aquellos estudiantes que no disponen de apoyo familiar para sus estudios lo reciben de sus profesores.

En España ya han surgido seguidores de esta tendencia educativa, como los miembros de la comunidad flippedEABE, surgida tras el Encuentro Andaluz de Blogueros Educativos que tuvo lugar en Algeciras en 2013.

También podemos encontrar ejemplos prácticos de estas “clases al revés” para hacernos una idea de qué forma puede adquirir este método de aprendizaje. El IES Virgen del castillo de Lebrija (Sevilla) puso en marcha la experiencia de impartir a través de Flipped Classroom la materia de Historia de España de 2º de bachillerato. Los alumnos elaboraron presentaciones, videos, podcasts y han utilizado Twitter, con el hashtag #hist2vdc y #temaxtuit para aprender y enseñar. Los contenidos que han generado en su proceso de aprendizaje han servido a otros alumnos de su localidad y de otros puntos de la geografía para prepararse la materia.

En suma, Flipped Classroom concede al alumno un papel mucho más activo en su proceso de aprendizaje y una mayor responsabilidad en su formación. Una metodología para construir a los ciudadanos del siglo XXI.

Foto: Pixabay

Autores

Think Big