La primera fase de cualquier enfermedad o trastorno es el desajuste en las reacciones psicofisiológicas. La terapia a base de flores apunta directamente a ese problema original.
Edward Bach fue un inquieto médico inglés, egresado de las universidades de Birmingham y Cambridge, que revolucionó la ciencia en las primeras décadas del siglo XX con el desarrollo de lo que se llamó Flores de Bach, serie de 38 preparados naturales no farmacológicos, elaborados a partir de una maceración en agua de flores maduras de diversas especies vegetales de la campiña inglesa.
Las Flores de Bach son perfectamente complementarias tanto con la medicina alopática como con otras, ya que no sustituyen a ninguna. Todos los preparados se elaboran exclusivamente en el Centro Bach de Wallingford, Gran Bretaña, y se encuentran debidamente aprobados por el Departamento de Salud del Reino Unido y por la Food and Drugs Administration (FDA) de los Estados Unidos, entre otros varios entes mundiales que regulan los productos relacionados con la salud.
Bach concibió el uso de sus remedios basándose en la hipótesis de que las enfermedades son consecuencia de trastornos o desequilibrios de la dimensión emocional-mental, producto de un conflicto alma-personalidad, para lo cual los preparados hacen frente a cada una de esas posibilidades de desajustes.
“Las preparaciones no actúan sobre otros tratamientos médicos prescritos ni son influidos por ellos. Por tratarse de esencias energéticas, no producen reacciones alérgicas. Pueden ser tomadas por personas de todas las edades y no hay peligros de sobredosis o efectos negativos”, explica la venezolana Marielena Núñez, Coordinadora del Programa Internacional de Educación Bach para Latinoamérica.
La destacada Bach Practitioner explica que en las personas existen tres sistemas que se encuentran intercomunicados: inmunológico, endocrino y nervioso. El fluido que establece el nexo entre ellos es bioquímico o eléctrico y se llama emoción.
"Por eso es que aquí no funciona la idea del placebo, porque las Flores de Bach cumplen su labor creas o no creas en ellas. De hecho, la respuesta ante los estímulos de las flores será más permanente en la medida que estés más consciente de sus posibilidades. La emoción no es racional y no depende de tu conocimiento. Puedes ser intelectualmente muy capaz, pero emocionalmente muy patán. Puedes saber mucho, pero no eres una buena persona", subraya Núñez.
Cuenta que uno de los predicamentos del doctor Bach es que las respuestas ante el bienestar "estan en tí mismo". Núñez dice que la dinámica médica "no puede hacer mucho si la persona no está dispuesta al cambio. Los resultados son diametralmemnte distintos cuando las personas están emocionalmente dispuestas a dar lo mejor de sí".
La experta subraya: “Los resultados son realmente increíbles y vemos constantemente casos de cómo hombres y mujeres logran alcanzar una mejor calidad de vida al entender y asumir sus emociones”.