La deuda de las empresas privadas hoy es más alta que al momento de la crisis financiera. El FMI advierte que una gigantesca bomba de tiempo de US$19 billones se está acercando y que es difícil de desactivar.
Cuando la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos estalló hace más de diez años y Lehman Brothers y otros bancos se hundieron en el abismo, el mundo quedaba en shock. Con el fin de mitigar la posterior crisis financiera, los principales bancos centrales redujeron sus tipos de interés a cero.
Pero el retorno a la normalidad -y, por tanto, a los tipos de interés normales- no se ha materializado. Nunca antes había sido tan fácil endeudarse.
"Los mercados esperan que una quinta parte de toda la deuda pública tenga rendimientos negativos, al menos durante los próximos tres años", señaló el miércoles el jefe del mercado financiero del FMI, Tobias Adrián, durante la presentación del informe sobre la estabilidad de los mercados financieros mundiales en Washington.
Enorme montaña de deudas....
Debido a que las inversiones lucrativas son escasas, se ha invertido mucho dinero en bonos corporativos. Los inversores estaban cada vez más dispuestos a asumir riesgos.
Para su informe, el FMI ha examinado la situación en ocho de las principales economías: Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y España. La deuda total de las empresas de estos países asciende a US$51 billones estadounidenses. Es decir, US$51.000 millones. Esto es significativamente mayor que en el punto álgido de la crisis financiera, cuando era "sólo" de US$34 billones, según Anna Ilyina, quien contribuyó al informe del FMI.
La proporción de "préstamos de riesgo" que tal vez no pueden ser atendidos ya es alta hoy en día y está creciendo rápidamente. "En algunos países ya representa el 25%”, cuenta Ilyina. Entonces, ¿qué pasa si la economía mundial se deteriora significativamente?
... grandes riesgos
Para investigar esto, los expertos del FMI han simulado una crisis que es sólo la mitad de grave que la crisis financiera de hace diez años. El resultado: "Las deudas de las empresas que ya no podían financiar sus préstamos con sus ingresos aumentarían a US$19 billones", según Tobías Adrián. Y US$19 billones corresponde a alrededor del 40% de toda la deuda corporativa de los países encuestados.
"Esto nos muestra que hay muchas empresas débiles fuera del sector financiero que sólo pueden pagar sus deudas porque las tasas de interés son muy bajas", explica Anna Ilyina.
Un escenario preocupante que también plantea la cuestión de cuán libres son realmente los bancos centrales si alguna vez se enfrentan a la cuestión del aumento de los tipos de interés. Pero eso sigue siendo algo a futuro. Por el momento, las señales siguen apuntando a tasas de interés bajas y programas de compra de bonos.
Problemas con la deuda externa
El FMI ha identificado otros problemas: ve debilidades peligrosas en los proveedores de servicios financieros fuera del sector bancario tradicional y hace un llamado a los reguladores y a los políticos para que las examinen detenidamente.
La situación en los países en desarrollo y emergentes también es arriesgada. Mucho dinero ha entrado en estos países, que buscaban beneficios en vista de los bajos tipos de interés en EE.UU. y Europa. La deuda externa en los países emergentes y en desarrollo es ahora un 60% mayor que en el momento de la crisis financiera, dice Adrian. Si las condiciones de financiación cambiaran repentinamente, muchos deudores tendrían dificultades para pagar.
En su informe, el FMI presenta un panorama de un sistema financiero plagado de muchas debilidades y riesgos que también pueden reforzarse mutuamente. "La vulnerabilidad del sistema financiero actúa como un amplificador para malas noticias", asegura Adrian.
Y ya hay suficientes malas noticias, dada la disputa comercial entre Estados Unidos y China y las numerosas barreras comerciales. Así que no es de extrañar que el FMI apele a los políticos para que pongan fin a esta disputa. "Estamos haciendo un llamado a los políticos de todo el mundo para que continúen trabajando en resolver las tensiones comerciales", cuenta Adrian. "Porque traen incertidumbre y riesgo”, finaliza.