Por las calles de Chile, México y Brasil correrán los monoplazas de la vanguardista categoría para motores 100% eléctricos.
Una categoría que permite vislumbrar el futuro. Es así como muchos han tildado a la Fórmula E, un campeonato creado hace tres años por la Federación Internacional del Automóvil (FIA), en la que compiten monoplazas 100 % eléctricos. Es un laboratorio de desarrollo e innovación, de creatividad e ingenio, en donde se promueve el futuro de la movilidad: los autos eléctricos.
Esta nueva Fórmula nació siendo un ambicioso experimento, cuyos posibles resultados eran entonces desconocidos. Sus creadores, convencidos de la electrificación de la industria automotriz, formaron esta categoría para desarrollar, incentivar, popularizar y globalizar el uso de nuevas y más limpias tecnologías para los carros.
Hoy, ad portas de iniciar lo que sería la cuarta temporada del campeonato, se puede decir, sin lugar a dudas, que esta nueva Fórmula, que abre las puertas al futuro de la movilidad, ha sido un rotundo éxito.
Desde que la bandera verde ondeó por primera vez en las calles de Pekín en septiembre del 2014, la Fórmula E se ha perfilado rápidamente como una categoría global. Tras 33 carreras, la mayoría en circuitos urbanos, los futuristas monoplazas eléctricos ya han corrido por las calles de 17 ciudades de 14 países diferentes.
Las carreras son únicas en su especie y cada evento es en realidad una gran fiesta que celebra la llegada de una nueva era en la movilidad. Todo ocurre en un solo día: prácticas, clasificación y carrera. En las paradas en pits, en vez de poner gasolina y neumáticos, se cambia de monoplaza a uno que tenga pilas recargadas. Además, como los carros no suenan, un disc-jockey (DJ), o EJ, como la categoría lo ha bautizado, ambienta la competencia con música, que hace llenar y vibrar al público de expectativa y emoción, de acuerdo con el momento e intensidad de la competencia.
Mágicos escenarios como la Torre Eiffel de París, el Río de la Plata de Buenos Aires, los rascacielos neoyorquinos, el casino de Montecarlo o los paisajes tropicales de Miami, han adornado algunas de las carreras de esta revolucionaria categoría.
Su atractiva propuesta de valor, que apuesta por la electrificación de la industria automotriz, ha hecho que nuevas ciudades se quieran sumar al calendario. Para la próxima temporada, que comenzará en diciembre de este año, se han introducido cuatro nuevos circuitos urbanos en Santiago de Chile, Roma, Sâo Paulo y Zúrich.
Cuando se anunció el e-Prix –Gran Premio Eléctrico– de París, la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, manifestó que se sentían orgullosos por albergar esta competencia, pues “sería una forma única y especial de promover la movilidad eléctrica: un tema prioritario en París”.
De forma similar, varios alcaldes y figuras dirigentes de los diferentes lugares que hoy ostentan un ePrix, se han mostrado entusiasmados por la posibilidad de mostrar ante el mundo sus ciudades como embajadoras de la revolución eléctrica de la movilidad. También para incentivar y promover el uso de vehículos eléctricos dentro de ellas.
En lo referido a participantes, hoy la Fórmula E está integrada por 20 talentosos pilotos, que representan a 13 nacionalidades de cuatro continentes, y por diez equipos, cinco de ellos, fabricantes: Audi, Renault, Citroën, Jaguar y Mahindra.
A estos se les sumarán en las próximas temporadas los gigantes alemanes BMW, Mercedes-Benz y Porsche, que han anunciado su salida de reconocidos campeonatos, como el World Endurance Championship (WEC) y el DTM para centrar sus esfuerzos en la Fórmula E.
Para Alejandro Agag, fundador y director de la categoría, la llegada de nuevos fabricantes a la Fórmula E es muestra del enorme cambio que se está presentando en la industria automotriz.
Agag afirma que la Fórmula E es la categoría que encarna este cambio y por eso “en conjunto con los fabricantes, continuarán motivando el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan llevar mejores carros eléctricos a las calles del mundo”.
Jean Todt, presidente de la FIA, agregó que el interés creciente de los fabricantes por la categoría demuestra que “el concepto y la visión del campeonato están alineados con la manera en la que las marcas desarrollan tecnología eléctrica, para llevarla posteriormente a diferentes audiencias”.
Y es que es eso justamente lo que ha hecho a la Fórmula E un campeonato tan atractivo para los fabricantes de automotores, esa posibilidad de experimentar, innovar y desarrollar nuevas tecnologías que después puedan usarse en los carros que, esperan, rodarán por las calles del mundo en un futuro no muy lejano.
Refiriéndose a esto, Klaus Fröhlich, miembro de la junta de BMW AG, ha dicho que la entrada de la marca a la categoría representa una importante posibilidad para crear y perfeccionar nuevas tecnologías que se utilizarían en las próximas generaciones de autos eléctricos de BMW. Agrega que “al involucrarnos en la Fórmula E, estamos abordando el desarrollo hacia una movilidad sostenible y libre de emisiones”.
Por su parte, Michael Steiner, miembro de la junta ejecutiva de Porsche AG, declaró que “la posibilidad de desarrollar y experimentar con nuevas tecnologías fue lo que hizo atractivo para nosotros el campeonato de la Fórmula E”.
Al ritmo del tiempo y de la electrificación de la industria automotriz, se hacen cada vez más rápidos e innovadores los futuristas monoplazas de la Fórmula E, que a máxima velocidad por emblemáticos escenarios dan a la humanidad un pequeño abrebocas de lo que será el futuro. La categoría está forjando nuevos caminos y dirigida por la innovación, nos adentra en la nueva era de la movilidad: la eléctrica.