Las mina de MMG en Perú, que produce el 2% de cobre a nivel global, suspendió su operación hace un mes, luego que residentes ingresaran a la propiedad de la empresa reclamando tierras que alguna vez les pertenecieron. El Gobierno, que está tratando de negociar con ellos, fracasó en su cuarto intento.
El primer ministro de Perú no logró este jueves iniciar conversaciones con comunidades indígenas para llegar a un acuerdo que permita el reinicio de las operaciones en la enorme mina de cobre Las Bambas de la china MMG Ltd, el cuarto intento fallido de negociación del Gobierno.
Las Bambas, que produce el 2% de cobre a nivel global, suspendió su operación el 20 de abril luego que residentes de dos comunidades ingresaran a la propiedad de la empresa, reclamando tierras que alguna vez les pertenecieron antes de que la mina comenzara a operar en 2016.
Perú es el segundo productor mundial de cobre.
El primer ministro, Aníbal Torres, viajó a la región de Apurímac donde se ubica la mina. Pero llegó tarde y abandonó la reunión solo una hora después de que había comenzado, en medio del disgusto de los dirigentes de las comunidades.
"Es una falta de respeto hacia los miembros de la comunidad", dijo el gobernador de Apurímac, Baltazar Lantarón, sobre la abrupta partida de Torres.
La fallida reunión amplía la incertidumbre sobre cuándo Las Bambas podrá reiniciar la producción de cobre a medida que su suspensión actual se acerca a cumplir un mes, su cierre más prolongado hasta el momento.
Las Bambas representa el 1% del Producto Interno Bruto de Perú y los ejecutivos de la empresa advirtieron que si no se encuentra una solución pronto, es posible que deban suspender o despedir a algunos de sus trabajadores.
La mina ocupa a unos 9.000 trabajadores, según la firma.
Las comunidades en protesta de Fuerabamba y Huancuire vendieron terrenos a Las Bambas en el pasado por millones de dólares, pero alegan que la mina no ha cumplido con todos sus compromisos de la compañía cuando inició sus operaciones.
Los conflictos en Las Bambas son recurrente e involucran a decenas de diferentes comunidades andinas que alegan que los beneficios de su vasta riqueza mineral no les han llegado.