Un 43% de los desfalcos cometidos por propios empleados de las empresas, fueron cometidos por personas que están dentro de este rango de edad.
El fraude corporativo va en aumento y son las personas de entre 24 y 36 años de edad quienes más los cometen, revela el más reciente estudio de la consultora Kroll. Lo anterior debido a que se hallan insatisfechos con su actual situación laboral, económica y a un conocimiento mayor de la tecnología, muchas veces por encima de sus jefes.
En México, informó la firma global, el fraude empresarial aumentó 5% en comparación con 75% del informe anterior. Las principales afectaciones fueron el robo de activos (23%), el fraude de vendedores, proveedores o adquisiciones (23%) y el robo, ataque o pérdida de información (17 por ciento).
Kroll afirmó en un comunicado que el daño económico causado a las empresas por ciberataques creció en 25% con respecto al estimado hace 10 años y prevé que para el 2020 más del 25% de los fraudes que experimenten las compañías estarán asociados algún tipo de modalidad de ciberataque.
Hace diez años, abunda el informe, el fraude cibernético representaba 6% de los ilícitos cometidos en contra de las compañías. Hoy día, los ciberataques –en sus múltiples modalidades—representan ya 19% y la tasa de crecimiento de este tipo de ilícitos es el más acelerado en el que 3 de cada 5 cibercrímenes, detectados por las empresas afectadas y en los que se supo quién fue el perpetrador, se asocian con personas pertenecientes a la Generación millennial.
Los estudios más recientes realizados acerca del fraude corporativo por la firma global Kroll, reveló que el número de fraudes asociados con los millennials, personas que actualmente tienen entre 24 y 36 años de edad, va en aumento. Un 43% de los desfalcos cometidos por propios empleados de las empresas, fueron cometidos por personas que están dentro de este rango de edad.
“El alto índice de fraudes entre este tipo de personas se explica en gran medida por la búsqueda de esos satisfactores que no perciben con otros alicientes, una generación que nació con la promesa de la bonanza económica, para terminar insertándose en la vida laboral en el momento de mayor crisis económica de la que se tenga registro, en la que 7 de cada 10 millennials sintieron el impacto de la crisis económica del 2008”, sostiene Arturo del Castillo, director Ejecutivo Asociado y líder de Servicios Forenses de Kroll para América Latina.
Los millennials se distinguen por el uso intensivo de tecnología en su vida diaria y el dominio que tienen sobre ella, haciéndolos individuos con mayor destreza tecnológica que sus propios supervisores o directivos, y que a su vez aumenta las oportunidades de fraude que se asocian con robo de identidad, destrucción de información, utilización de software malicioso o uso indebido de privilegios de acceso a sistemas de información.
Cuando se combinan factores como una insatisfacción laboral por condiciones de trabajo percibidas como poco atractivas; la ausencia de controles internos efectivos que disuadan o detecten a tiempo posibles irregularidades, aunado a factores psicológicos, de comportamiento y destreza técnica, como los que se asocian con la llamada Generación Y, es posible entender por qué los delitos entre los miembros de esta generación vayan en aumento, indica la consultora.
Uno de los principales desafíos que actualmente enfrentan las organizaciones es mejorar sus controles internos al tiempo que flexibilizan sus estructuras de trabajo, para dar cabida a esta nueva generación laboral.
“El riesgo de fraude está presente en todo tipo de organización, sector e industria y no es una característica exclusiva de los millennials, se trata de una generación que piensa diferente, que actúa diferente, que se relaciona diferente, y que…roba diferente. Y este es quizá uno de los principales desafíos de las organizaciones hoy día”, subraya Del Castillo.
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