El mandatario estadounidense, Barack Obama, reprochó la "audacia" de quienes busca repeler a un impuesto de rescate. "No vamos a dejar que Wall Street tome el dinero y huya", aseguró.
Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, criticó el sábado la "audacia" de Wall Street por resistirse a un impuesto de rescate que busca aplicar sobre las firmas financieras y dijo que sus oponentes republicanos estaban del lado de las grandes corporaciones.
Con la popularidad de Obama en alrededor del 50% y de cara a las elecciones para el Congreso en noviembre, la Casa Blanca quiere ponerse de lado de los estadounidenses de clase media al tiempo que acusa a los republicanos de estar de parte de los ricos.
"No vamos a dejar que Wall Street tome el dinero y huya. Vamos a convertir este impuesto en ley", prometió Obama tras proponer un arancel para recaudar hasta US$117.000 millones durante los próximos 10 años y recuperar las pérdidas proyectadas en un rescate bancario pagado con dinero de los contribuyentes.
Una serie de bancos ya ha devuelto el capital recibido bajo el rescate de US$700.000 millones del Programa de Alivio para Activos en Problemas (TARP por la sigla en inglés), que fue concebido durante el gobierno del ex presidente republicano George W Bush.
Los bancos se quejan de que están siendo castigados injustamente por pérdidas sufridas principalmente por las automotoras del país y por la aseguradora American International Group, rescatada en septiembre del 2008.
Algunos republicanos advirtieron que el impuesto rebotaría sobre los clientes. "Los planes del presidente Obama de instituir un arancel de responsabilidad de crisis financiera para recuperar los fondos de rescate de los grandes bancos no es nada más que otro impuesto sobre el público estadounidense", dijo el presidente de la Comisión Nacional Republicana, Michael Steele.
Obama sostuvo que el dinero que se le debía a los contribuyentes era poco frente a los costos de los grandes bancos para recuperarse, después de que el Gobierno rescatase a los mercados financieros el 2008 y comienzos del 2009.
Relacionando el impuesto con la meta de su Gobierno de una reforma regulatoria financiera que dice es necesaria para evitar que se repita una crisis, Obama busca también canalizar la ira pública por el rescate hacia el Partido Republicano.
"La industria incluso ha unido fuerzas con el partido de oposición para lanzar una campaña de lobby masivo contra normas de sentido común para proteger a los consumidores y evitar otra crisis", manifestó el mandatario.