Construcciones de hace cuatro siglos llaman la atención de los visitantes por su arquitectura y valor histórico.
Los atractivos de Brasil son variados, por lo que cada vez se van generando más tipos de turismos ligados a diversas áreas de interés. Esparcidos por la costa brasileña, diversos fuertes militares se han transformado en atracciones turísticas que ayudan a contar la historia del país.
En algunos casos, estas edificaciones se construyeron hace más de cuatro siglos y conservan la memoria de las ciudades y aldeas que protegían la arquitectura y tecnología de los colonos europeos, además de los hábitos de los soldados que sirvieron en territorio nacional desde llegada de los portugueses.
Con el fin de contribuir al aumento del flujo de visitantes en sitios de gran valor inmaterial, el Ministerio de Turismo tiene previsto invertir 19 millones de reales (US$4.882.030) en 34 ciudades distribuidas en 17 estados brasileños, con el objetivo de instalar la señalización turística.
Por otra parte, entre los 214 municipios contemplados por Pronatec Turismo, un programa de formación profesional del gobierno federal, se eligieron 13 municipios por su valor histórico.
Fuerte de Copacabana (RJ)
Los fuertes también sirven como un atractivo más en algunos de los principales destinos de sol y playa del país, como Río de Janeiro, Salvador, Natal y Recife. Uno de los más famosos es el de Copacabana, construido a fines del siglo XIX para impedir el acercamiento de los barcos enemigos que ponían en peligro la entrada de la Bahía de Guanabara.
Por otro lado, el Fuerte de Copacabana fue el escenario de hechos históricos como el Motín de los 18 del Fuerte (1922); la Revolución de 1930, cuando sirvió de prisión para el depuesto presidente de la república, Washington Luís; y la Revolución de 1964, punto de encuentro para el Comando Revolucionario.
Actualmente, este sitio recibe unos 10 mil visitantes por mes y alberga el Museo Histórico del Ejército.
Fuerte de São Marcelo (BA)
Otro fuerte que encanta a los visitantes de todo el mundo es el de São Marcelo, localizado en Salvador. Aunque actualmente las visitas a su interior estén prohibidas, la vista externa de esta
fortaleza en forma circular, rodeada de agua en medio de la “Baía de Todos os Santos” constituye una de las tarjetas postales de la ciudad.
Construido en el comienzo del siglo XVII, este fuerte integró la red de protección que defendía a la entonces ciudad más grande de las Américas de las invasiones holandesas. Asimismo, sirvió como prisión del rebelde general Bento Gonçalves.
Fortaleza Dos Reis Magos (RN)
Considerada como uno de los principales atractivos históricos de Rio Grande do Norte, la Fortaleza Da Barra do Rio Grande, popularmente conocida como Fuerte Dos Reis Magos y cuyo origen se entrelaza con el de Natal (capital del estado), se construyó hace más de 400 años.
En forma de estrella, este fuerte fue erguido por los colonos portugueses en 1598. En 1633, fue invadido por los holandeses, pero años más tarde los portugueses lograron retomar la ciudad y el fuerte.
Cinco Pontas (PE)
Símbolo de la resistencia holandesa, el Fuerte Das Cinco Pontas, situado en Recife, fue construido en 1630. A pesar de su nombre, este fuerte sólo posee cuatro puntas, resultado de una reconstrucción realizada después de la guerra que expulsó a los holandeses de Brasil.
Uno de los reclusos más ilustres del fuerte, en 1935, fue el escritor Graciliano Ramos. En su famoso libro, “Memorias de la Cárcel” se refiere al Fuerte de las Cinco Puntas. En la actualidad, este local alberga el Museo de la Ciudad de Recife.
