Crear hipótesis negativas sobre la empresa hacen valorala más, según investigación.
¿Y si la empresa donde trabajo se hubiese visto afectada por la crisis? ¿Y si la crisis abligara a recortar empleos, entre ellos el mío? ¿Y si se hubiera ido a la quiebra?. Funcionarios con pensamientos como estos tienden a estar más comprometidos con la empresa donde trabajan.
Eso es porque, en lugar de valorar lo que tienen cuando lo pierden, se mueven cuando imaginan lo que podrían haber perdido. Esto sugiere un estudio realizado en Northwestern University, en conjunto con la Universidad de California en Berkeley, EE.UU., y publicado en la revista Psychological Science.
Los investigadores llegaron a su conclusión después de hacer cuatro experimentos, con cerca de 450 personas, para medir la reacción de los participantes ante situaciones hipotéticas relacionadas con su país, contactos de negocios y empresas. La prueba mostró que pensar en la posibilidad de que la empresa nunca había sido fundada o había quebrado en algún momento del pasado, por ejemplo, hace que las personas vean a la compañía de forma más positiva y se esfuercen más para mejorar sus resultados.
Según la encuesta, este compromiso ocurre porque, al percibir que podían no estar ahí, los empleados se sienten como si estuvieran "predestinados" a trabajar en esa empresa. Y esa sensación no duró sólo el día de la prueba. Dos semanas después del experimento, los sujetos tenían una visión positiva de la empresa y dispocisión para trabajar.
Tiempos difíciles
Las empresas pueden utilizar esto para su ventaja. Los investigadores les recomiendan comunicar de manera clara a los funcionarios los puntos más difíciles superados en la historia de la compañía, por lo que lo ven como algo que "no podría ser vengado." Por lo tanto, su sentido de pertenencia puede aumentar, junto con el compromiso de la empresa y los esfuerzos por los buenos resultados.
Sin embargo, los autores dicen que esta estrategia puede ser peligrosa si se combina con una confianza ciega en el rendimiento de la empresa. Como ejemplo, citan el caso del ex presidente ejecutivo del banco de inversión Lehman Brothers, Richard Fuld, quien dijo que la compañía estaba "predestinada" a mantenerse firme para siempre, después de tantas crisis que había atravesado. Casi como un castigo, ningún sentimiento positivo acerca de la compañía fue suficiente para evitar lo peor. El ejecutivo vio quebrar al banco con la crisis mundial, en 2008.