La Directora de Política de Sistemas de Salud Global Medtronic asegura que la región podría beneficiarse al pasar a un sistema basado en valor.
Los sistemas de salud alrededor del mundo enfrentan un problema común: La falta de fondos. Con el incremento de enfermedades crónicas, el avance de la tecnología y el envejecimiento de la población, cada vez se vuelve más complejo balancear la entrega de un buen servicio con los recursos económicos de cada país.
Es por eso que cada vez gana más popularidad entre expertos del área privada y pública el cambio hacia un sistema basado en valor, que cambie la forma en que se administra el dinero en la salud.
A grandes rasgos, este modelo plantea una reestructuración de la organización y financiamiento de las prestaciones de salud en función de los resultados efectivos en los pacientes. Cambiando así los montos y tiempos de los pagos.
Según Gabriela Prada, Directora de Política de Sistemas de Salud Global Medtronic, asegura que a pesar del alto gasto de los gobiernos y pacientes, hoy no se ha llegado a un resultado óptimo en la salud de la población. Y aquí es donde el sistema basado en valor sería, a su parecer, una solución.
-¿Es el sistema basado en valor la única salida viable hoy o hay otras opciones?
-Para mí esta es la única. No veo otras opciones. Cuando tienes un sistema de salud, el objetivo del mismo es entregar servicios de salud que sean óptimos, entonces si los resultados no son óptimos, tu negocio está mal. Si tú tuvieras que vender algo, en cualquier negocio, y tus resultados fueran malos, ¿cuánto tiempo crees que puedes sostener eso? Es muy difícil.
Yo creo que la única manera de permanecer competitivos y cumplir el mandato que nos dan las personas para entregar resultados de salud, es asegurar que los mismos sean óptimos y por supuesto a un precio razonable, que lo podamos pagar, que garantice suficiente acceso a la población.
Durante décadas, hemos pasado por diversos sistemas. Primero la idea era dar acceso porque la gente no tenía acceso a los sistemas de salud y se diseñaron programas y procesos para ello, que fue relativamente exitoso en algunas partes. La gente tenía acceso a atención hospitalaria y la atención rural mejoró muchísimo. Después, el foco era controlar los costos y se hicieron iniciativas para ello.
Pero tenemos una red de servicios que nos está costando demasiado, los costos se han ido desbordando y el sistema no está llenando las expectativas de los pacientes, están fuera de control en cuanto a precio, así que yo creo que este es el momento de concentrarnos en valor. Si no nos concentramos en entregar valor, es muy difícil que podamos seguir operando en las próximas décadas.
-¿En qué falla el sistema actual?
-Los sistemas de salud actualmente son como un hámster en una rueda: corren para alcanzar una solución, pero por más que corran, no se pueden salir de esa rueda. Eso se debe a que tenemos poblaciones que están viviendo más, tenemos una cantidad de adultos mayores que está creciendo en nuestra sociedad y eso significa que tenemos cada vez más enfermedades crónicas (80% de lo que vemos hoy en el sistema de salud), esto significa que hay más demanda por servicios de salud. Ahora tenemos el diseño del sistema de salud basado en procedimientos, pero realmente no sabemos si esos procedimientos que realizamos están dando buenos resultados y mejorando la condición de los pacientes con diabetes o hipertensión, por ejemplo.
Cuando no ponemos atención a los resultados, tendemos a hacer mucho más en volumen, lo que incrementa el costo: los pacientes son readmitidos, regresan a urgencias, requieren más cuidado y esto es mucho más costoso. Cuando la demanda continúa aumentando de manera gradual y constante, los costos también aumentan de la misma manera y los resultados no te ayudan a asegurar que la demanda por esos servicios esté mejor controlada, ahí tienes una bomba a punto de explotar.
Lo que hace el foco en el valor es asegurar que las intervenciones y los procesos que se hacen en el paciente van a generar mejor resultado y esto nos permite una mayor habilidad de controlar los gastos en salud.
-¿Cómo se articulan en un sistema basado en valor el trabajo de las empresas con el sistema público?
-Mediante contratos claros y un manejo claro, se pueden identificar objetivos que el sector privado puede resolver. Precisamente aquí es donde el sector público tiene que volverse más refinado para manejar esos contratos y tratar de articular soluciones globales que tengan un alcance más amplio.
Yo creo que es una oportunidad de trabajar juntos en una alianza más profunda de lo que hemos visto en el pasado entre el sector público y el privado y creo que aquí lo más importante es tener una noción bien clara sobre cuál es el objetivo que se quiere alcanzar, cómo lo vamos a hacer, tener una visión y métodos para compartir los riesgos, porque cuando compartimos los riesgos estamos justamente del mismo lado. Cuando compartimos los riesgos y los objetivos están claros, nos convertimos en un equipo y optimizamos lo que tenemos, los recursos que tenemos para poder trabajar juntos y alcanzar esos objetivos juntos.
Eso hasta ahora no había sido posible porque existe una relación diferente: yo pido algo, si no me lo das, penalizo pero no hay una relación de colaboración entre ambos. Yo pienso que el sistema, cuando se reorienta hacia sistemas de salud basados en valor, presenta una oportunidad para cambiar esto hacia una relación más colaboradora y positiva que brinda la posibilidad de optimizar los recursos que tenemos en el sector público y en el privado para trabajar juntos y alcanzar los objetivos que, en este caso, son los resultados para los pacientes.
-¿Qué beneficios puede traer un sistema basado en valor en los países latinoamericanos?
Los beneficios es todo aquello que podemos soñar para América Latina: llevar un mejor acceso, mejorar la calidad de los servicios de salud, asegurarnos de que los pacientes tengan una mejor experiencia, estén más satisfechos. Aquí el centro es valor, así que hay que definir valor de acuerdo con las necesidades locales y una vez que lo definamos, podemos ser capaces de construir un sistema en el cual todo lo que hacemos esté enfocado en alcanzar esos objetivos.
En América Latina hay una oportunidad tremenda de rediseñar los sistemas de salud para alcanzar un nivel, no solamente desde servicios de salud nunca visto, sino lograr una mayor equidad, mejor acceso del que hemos tenido antes y alcanzar niveles de salud que no hemos tenido antes y que son más competitivos con otros sistemas globales.
Dado el momento actual en Chile donde hay una urgencia de reforma del sector salud, tienen la maravillosa oportunidad de alinear incentivos hacia valor: pagar por resultados, desarrollar plataformas tecnológicas para recolectar datos de costos más sofisticados, integrar resultados de salud reportados por pacientes, e implementar procesos de licitaciones que compren soluciones que aporten valor al sector salud.
-¿Qué efectos tendrá este tipo de cambio en la atención médica de los pacientes?
-Ellos son los mayores ganadores porque son quienes tienen sus necesidades de salud mejores atendidas, tienen una mejor experiencia, les alarga la condición de vida y además la calidad de vida tiende a incrementar y esto significa que son personas que, en sus años productivos son más productivas y aportan mejor a la economía.
El sistema de salud que tenemos ahora tiene un diseño alrededor de las instituciones, no de las personas. Cuando un paciente tiene que hacer 20 llamadas para manejar su diabetes porque debe hablar con el nutricionista, el cardiólogo, el médico internista o a lo mejor necesita rehabilitación, el paciente está persiguiendo el cuidado de salud porque tiene que realizar todas esas llamadas se hacen uno a uno, en un sistema fragmentado. La necesidad del paciente se debería resolver en un solo sitio, de manera coordinada, donde están todos los servicios que el paciente requiere. Eso es un sistema basado en el paciente, basado en valor.