Película dirigida por Joe Wright se centra en mayo y junio de 1940 cuando Gran Bretaña parecía al borde de la derrota en la Segunda Guerra Mundial.
Gary Oldman ha interpretado a Beethoven, Lee Harvey Oswald, Sid Vicious y Poncio Pilato en sus 35 años de carrera actoral, pero dijo que el papel del líder británico Winston Churchill fue por lejos el más sobrecogedor.
Meses de investigación, cuatro horas de maquillaje y vestuario a diario, y capturar la famosa voz de Churchill fueron algunos de los desafíos que enfrentó Oldman en la película “Darkest Hour”. La resistencia necesaria para componer el personaje fue otro.
“Churchill es sin dudas el británico más grande de la historia para muchas personas y ha sido interpretado muchas veces. Uno tiene que dejar a un lado todo eso”, dijo Oldman, de 59 años.
“Te llena de miedo, pero tal vez desde eso parte tu mejor trabajo”, añadió. “Estoy en casi todas las escenas de la película y tuve largos días y horas en la silla de maquillaje (...) Tenía que llegar todos los días con energía”, afirmó.
La película dirigida por Joe Wright se centra en mayo y junio de 1940 cuando Gran Bretaña parecía al borde de la derrota en la Segunda Guerra Mundial y Churchill enfrentaba profundas divisiones en su propio gobierno, los militares y la monarquía.
Pero los riesgos que tomó Oldman parecen haber cosechado sus frutos. El actor, director y productor londinense es señalado por expertos de la industria como uno de los favoritos para lo que sería su primer premio Oscar.
Llegar a eso le tomó seis meses de investigación, ver y escuchar material documental de Churchill, y una prótesis facial ya que Oldman no se parece en nada al encorvado líder británico.
La plétora de discursos grabados de Churchill hizo la tarea de capturar su voz más difícil, dijo Oldman. La capacidad de Churchill para la retórica no solo es clave para la película, sino que fue un elemento crucial en la respuesta británica a la amenaza de la derrota a manos de Alemania en 1940, añadió Wright.
“Es una película sobre palabras y el poder de las palabras para cambiar el mundo y cambiar el curso de la historia”, dijo Wright. “Una de mis líneas favoritas es en la que Lord Halifax (ministro de Relaciones Exteriores cuando estalló la guerra) dice que Churchill ‘movilizó al idioma inglés y lo envió a la batalla’”, agregó.