Por José Luis Araya, subgerente comercial de Sistemas Expertos.
No es sorpresa para nadie reconocer que el sistema de salud pública de nuestro país es deficiente. Los clásicos problemas de listas de espera, demoras en la atención y un déficit económico en general, siguen avanzando tanto que la solución parece lejana. Un sistema que atiende a más del 75% de la población que, sin embargo, no cuenta con la eficiencia que requiere en sus procesos. ¿Cuál es el problema basal entonces? ¿Por qué no logramos mejorar la eficacia?
Una de las múltiples respuestas a la tan compleja pregunta puede asociarse a la gestión del cambio, es decir, cómo se implementa un proyecto luego de adjudicarse la licitación. Como proveedores de soluciones tecnológicas, como HIS, ERP, APS y Telemedicina al sistema público, hemos visto como muchas veces esa artista del sistema se deja de lado.
Es clave que las soluciones y sus implementaciones estén pensadas para la idiosincrasia chilena, que su utilización no se transforme en un problema para los trabajadores del lugar. Cuando las soluciones de software vienen del extranjero, no piensan en el costo de la implementación y el valor del tiempo que requiere esa gestión del cambio.
Hoy nos enfrentamos a una sobre carga de respuestas y proyectos muy elaborados para lo que realmente se necesita. Se vuelve indispensable contar con sistemas informáticos que permitan cubrir las necesidades básicas, como acortar las filas de esperas, la unificación de sistemas en una región, dispensación de medicamentos de manera eficiente, entre otros.
La ambición extranjera por hacer negocios y participar de la mejora de nuestro sistema provoca cierta ceguera para ver la efectividad de soluciones nacionales o regionales y se termina sobre diseñando y pagando adaptaciones innecesarias. No necesitamos ir a comprar pan en helicóptero.