Alejandro Díaz de León, gobernador del Banco de México, quien dejará su cargo el 1 de enero remarcó la importancia de proteger el mandato constitucional del banco ante las crecientes presiones ejercidas por el presidente Andrés Manuel López Obrado y su formación política.
El gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, que dejará el cargo el próximo 1 de enero, ha defendido la autonomía e independencia de la institución monetaria frente a las presiones políticas ejercidas por el presidente Andrés Manuel López Obrador y su formación política (Morena).
Díaz de León ha remarcado la importancia de proteger el mandato constitucional del banco ante las crecientes presiones políticas.
"La clave es conservar el mandato constitucional y la ley que el Banco maneja en la actualidad", ha indicado el gobernador en declaraciones a 'Financial Times', donde ha subrayado que esas "son las mejores garantías que se pueden mantener en un entorno de sostenibilidad y baja inflación".
Las tensiones entre el Ejecutivo y el Banco durante el último año han ido 'in crescendo'. Una de las principales fricciones entre sendas partes se produjo con una ley sobre divisas aprobada por el Senado por la cual se planteaba que solo billetes y monedas extranjeras pudieran ser parte de las reservas internacionales, obligando al Banco de México a comprar las divisas internacionales excedentes que no puedan repatriarse a su país de origen.
El directorio del banco central también se ha enfrentado a una controversia política, cuando este rechazó el intento de López Obrador de utilizar recursos del FMI asignados a México para pagar la deuda pública.
López Obrador anunció en mayo su intención de no renovar a Díaz de León como el máximo responsable de la institución después de criticar la falta de transparencias del organismo en el manejo de las reservas. En su lugar, el presidente López Obrador ha propuesto a la actual subsecretaria de Hacienda, Victoria Rodríguez Ceja, que pasará a ser la primera mujer gobernadora al frente de la institución monetaria a partir del próximo 1 de enero.
Pese a las posibles tensiones ocasionadas entre los dos actores, Díaz de León ha aclarado que estos tira y afloja son parte del normal funcionamiento de la democracia en el país.
Por otra parte, Díaz de León se ha referido al papel de que los bancos centrales juegan en el manejo de las presiones inflacionistas. El futuro exgobernador ha dejado claro que las actuaciones de las autoridades monetarias siempre podrán ser mejores en un ambiente de autonomía.
"Está muy claro que los bancos centrales pueden hacer mejor su trabajo en un esquema de autonomía y es realmente importante preservarlo", ha remarcado.
El banco de México se ha enfrentado un delicado equilibrio para controlar el frágil surgimiento del país del impacto económico de la pandemia de coronavirus. Una contracción repentina de la producción en el tercer trimestre de este año presionó a su directorio de cinco miembros para que no frenara la recuperación subiendo los tipos de interés demasiado rápido.
A esto suma la presión de los incrementos en los precios, que han marcado máximos de 20 años. En este escenario, la autoridad monetaria mexicana ha emprendido un ciclo de subidas en los tipos que ha llegado hasta el 5,5%.
A pesar de ello, Díaz de León ha advertido de que México no necesita incrementos sustanciales en el precio del dinero en el futuro. "A veces parece que hay dos vías, la de 25 (puntos básicos) y la de 50... la verdad es que el Banco no lo vemos así", ha indicado. "De ahora en adelante, todas las opciones están disponibles y ninguna está predefinida", ha apostillado.
Asimismo, México ha experimentado salidas de fondos extranjeros de capital desde el inicio de la pandemia, otro factor que podría añadir presión al Banco a la hora de incrementar los tipos en una apuesta por atraer capital extranjero.
Sin embargo, Díaz de León ha remarcado que el ajuste "ha sido ordenado y gradual" y confía en que, una vez estabilizados los riesgos, aparezca un mayor "apetito por instrumentos en divisa local".