Jair Bolsonaro, electo en base a una campaña de lucha contra el delito y recuperación de la economía, ha quedado inmerso en una serie de peleas y cruzadas en redes sociales que afectan sus niveles de aprobación en las encuestas y han llevado a los inversores a cuestionar su capacidad de concretar las reformas.
Brasilia.- El presidente de Brasil, el ministro de Economía y el jefe de la Cámara baja buscaron acercar posiciones públicamente el jueves, en un intento por poner fin a sus recriminaciones mutuas para lograr la aprobación de una polémica reforma del sistema de pensiones con el objetivo de salvar las finanzas del país.
Su promesa de enterrar la disputa ayudó a los mercados de Brasil a repuntar, un día después de que sufrieron un acentuado declive ante el temor de que las riñas fueran a hundir una de las iniciativas clave de la agenda económica del Gobierno.
Jair Bolsonaro, electo en base a una campaña de lucha contra el delito y recuperación de la economía, ha quedado inmerso en una serie de peleas y cruzadas en redes sociales que afectan sus niveles de aprobación en las encuestas y han llevado a los inversores a cuestionar su capacidad de concretar las reformas.
El índice referencial Bovespa de Brasil saltó 2,7% ante las señales de acercamiento, mientras que el real se afirmó un 1,1%, en ambos casos borrando parte de las pérdidas del miércoles.
El ministro de Economía Paulo Guedes, que el miércoles dijo que renunciaría si no había respaldo a su propuesta para el nuevo sistema de pensiones, sostuvo que el "ruido" en torno al proyecto de reforma disminuiría.
En declaraciones a periodistas junto al presidente de la Cámara baja, Rodrigo Maia, afirmó que contaba con el total apoyo del legislador y de Bolsonaro para conseguir que la reforma de pensiones sea aprobada por el Congreso.
Por su parte, Maia dijo que su objetivo es encarrilar el proceso de reforma e intentó desestimar una amarga riña con Bolsonaro, que el miércoles dijo que el presidente de la Cámara baja estaba "afectado por asuntos personales", lo que fue considerado como una referencia a los problemas con el padrastro de su esposa, un exministro acusado de corrupción.
Más temprano el jueves, Bolsonaro dijo que "no tiene problemas" con Maia.
