La artista estadounidense, que debuta como directora, hizo una carrera coescribiendo y protagonizando películas independientes.
“¿Por qué no me dices Lady Bird? Prometiste que lo harías”. Esa es la oración en que pensó un día la actriz y cineasta Greta Gerwig y con la que la precoz heroína adolescente debuta en la dirección, “Lady Bird”.
“De una forma, Lady Bird, se escribió a sí misma”, dijo Gerwig a Reuters. “Me pregunté, '¿Quién es esta chica? ¿Quién es esta chica que hace que los demás la llamen por un nombre diferente?’ Es una de esas cosas en las que descubrí al personaje mientras lo iba escribiendo”, agregó.
El personaje del título, interpretado por Saoirse Ronan, es una adolescente que crece “del lado equivocado de las vías”, o sea en un área pobre y peligrosa de Sacramento, en California, asiste a una escuela católica y lucha con su identidad mientras intenta descifrar cómo será la vida después de que termine la secundaria.
“Quería hacer una película que fuera sobre el hogar, y cómo el hogar es algo que solo se entiende cuando se deja”, dijo Gerwig, quien creció en Sacramento.
La película marca el debut en dirección de Gerwig, de 34 años, quien hizo una carrera coescribiendo y protagonizando películas independientes como “Greenberg”, del 2010, y “Frances Ha”, del 2012. “Lady Bird” ya ha ganado elogios y suena para la temporada de premios.
En “Lady Bird”, Gerwig explora las complejidades de las relaciones de su heroína, desde su frustración por vivir en un hogar con problemas de dinero a su cariñosa conexión con su mejor amiga Julie y la inocencia de su primer amor.
Pero en el centro está la relación de Lady Bird con su madre, interpretada por Laurie Metcalf, desde explosivos argumentos a palabras hirientes a momentos tiernos y un deseo mutuo de cumplir con las expectativas de la otra.
“No hay muchas películas sobre la relación madre-hija y es algo tan rico, hermoso, complicado”, dijo Gerwig. “Me dije, ‘Todos tienen una madre, ¿por qué no hay más cosas sobre esto?'”, añadió.