La reorganización es el movimiento más atrevido que ha hecho la consejera delegada Emma Walmsley en la compañía.

La farmacéutica británica GlaxoSmithKline planea dividir la compañía en dos negocios, uno para fármacos y vacunas con receta y otro para medicinas sin receta, después de embarcarse en una sociedad conjunta con la estadounidense Pfizer en el segmento de autocuidado.

La reorganización es la decisión más audaz que ha tomado hasta la fecha la consejera delegada Emma Walmsley, que asumió el cargo el año pasado.

Walmsley había rechazado antes la idea de dividir el grupo, algo que habían solicitado varios inversores a lo largo de los años.

Sin embargo, el miércoles la ejecutiva anunció que GSK y Pfizer combinarían sus negocios de autocuidado ("consumer health") en una sociedad conjunta con ventas de 9.800 millones de libras (unos US$ 12.700 millones), mediante una operación en acciones que dará a la británica el 68 por ciento de este negocio.

GSK afirmó que este acuerdo sentaba las bases para la creación de dos nuevas socieades globales con sede en Reino Unido enfocadas en fármacos/vacunas y productos de autocuidado en los tres años posteriores al cierre de la transacción.

Para Pfizer, el acuerdo zanja el problema de qué hacer con su negocio de "consumer health", que incluye los analgésicos Advil y las vitaminas Centrum, tras un intento fallido de venderlo en su totalidad a principios de año.

La nueva sociedad conjunta con Pfizer generaría ahorros de costes anuales de 500 millones de libras en 2022 y contempla costes totales en metálico por 900 millones de libras. Además, GSK planea desinversiones por unos 1.000 millones de libras.