Debido a que un alto porcentaje de la población de Guatemala es joven -41% es menor de 20 años-, la tasa de cáncer infantil es mayor que en países europeos, cuyos habitantes, mayoritariamente, son adultos o adultos mayores.
El cáncer en niños no se puede prevenir y se desconocen sus causas. No es culpa del estilo de crianza o de alimentación del pequeño, refiere el oncólogo pediatra Mauricio Castellanos, de la Unidad Nacional de Oncología Pediátrica (Unop).
Debido a que un alto porcentaje de la población de Guatemala es joven -41% es menor de 20 años-, la tasa de cáncer infantil es mayor que en países europeos, cuyos habitantes, mayoritariamente, son adultos o adultos mayores.
En Unop se atienden cada año unos 500 casos nuevos, pero, según sus datos, se cree que deberían ser tratados de 900 a mil, pero la enfermedad no llega a diagnosticarse o se hace en estadíos tardíos, por lo que las probabilidades de sobrevivencia son escasas.
Sí hay esperanza
La tasa de sobrevivencia del cáncer infantil se ha incrementado del 20 al 70%, según datos del Departamento de Estadística de Unop.
El tratamiento dependerá del tipo de cáncer. Por ejemplo, el de leucemia suele durar dos años y consiste en quimioterapia oral o vía intravenosa. Para otros tipos de cáncer se recurre a la extirpación de tumores o radioterapia.
“Los niños no se mueren como antes, un 70% se cura. Ellos nos dan una gran lección porque viven su día a día. Si se sienten bien hoy, van a jugar y estar alegres, no me van a preguntar si se van a morir. Igual, nadie está seguro que mañana va a estar vivo”, indica.