La débil lectura de manufactura de este miércoles se suma a los riesgos de crecimiento global y explica por qué muchas autoridades monetarias de todo el mundo han intensificado las medidas de alivio y otras evalúan hacerlo pronto.
Pekín.- La actividad de las fábricas de China se redujo por tercer mes consecutivo en julio, según una encuesta oficial, que subrayó las crecientes tensiones en la segunda economía más grande del mundo en la medida que la guerra comercial con Estados Unidos afecta las ganancias comerciales, la confianza y la inversión.
La débil lectura de manufactura de este miércoles se suma a los riesgos de crecimiento global y explica por qué muchas autoridades monetarias de todo el mundo han intensificado las medidas de alivio y otras evalúan hacerlo pronto.
El Índice de Gerentes de Compras (PMI) subió a 49,7 en julio, desde 49,4 el mes anterior, dijo el miércoles la Oficina Nacional de Estadísticas de China, pero se mantuvo por debajo de la marca de 50 puntos que separa el crecimiento de la contracción mensualmente. Analistas encuestados por Reuters habían pronosticado una lectura de 49,6.
El deterioro de la demanda mundial hizo que los pedidos de exportación se redujeran por décimocuarto mes, según la encuesta, aunque el subíndice aumentó fraccionalmente a 46,9 desde un 46,3 en junio.
La contracción en el total de nuevos pedidos también se moderó ligeramente, mientras que la producción de fábricas ofreció una nota más brillante, con un crecimiento acelerado en el mes.
El indicador oficial se publicó el segundo día de la reunión de negociadores comerciales de Estados Unidos y China en Shanghái, su primer diálogo cara a cara desde una tregua en el G-20 el mes pasado, aunque las expectativas de progreso siguen siendo bajas.
Otro sondeo oficial mostró que la actividad en el sector de servicios de China creció a su ritmo más lento en ocho meses en julio, golpeado por la creciente presión sobre la economía en general de las medidas comerciales de Estados Unidos, con un lectura oficial en 53,7 en julio desde un 54,2 en junio.
El crecimiento de los servicios fue lastrado en parte por una contracción en el sector inmobiliario, mientras que la actividad en la industria de la construcción también se desplomó, lo que indica que el reciente estímulo fiscal aún no se ha transferido completamente a la inversión en infraestructura.