Por Mac Margolis, corresponsal de Newsweek. Realiza reportajes sobre Brasil, América Latina y otros países emergentes y colabora para The Economist, The Washington Post y Los Angeles Time.
Para quien le gusta quebrarse la cabeza, vea esto. ¿Por qué luego de la recesión global está siendo tan difícil encontrar profesionales de buen calibre para el mercado?
El peor colapso desde la Gran Depresión eliminó nueve millones de empleos en el mundo. Momento perfecto para encontrar talentos ociosos, ¿cierto? Negativo. Incluso, con el alto desempleo, las mejores empresas luchan para encontrar profesionales calificados.
Gerentes experimentados entran y salen, como si se tratara de una ruleta. Los ingenieros parecen una especie en extinción. Los sueldos se disparan, mientras que los jefes están librando una verdadera guerra para mantener a sus altos ejecutivos. De acuerdo con Manpower, tres de cada diez jefes internacionales enfrentan dificultades para cubrir vacantes. En Brasil, son nueve de cada diez.
Parte de ello, por supuesto, es corregir el rumbo. Después del retroceso registrado, las empresas están creciendo de nuevo, bajo una fuerte presión para producir más y mejor. El "tsunami" de currículum en el mercado simplemente oculta el problema. La economía globalizada le dio un nuevo giro a la cultura corporativa influyendo en la forma en la que las compañías se organizan, crean riqueza y conquistan mercados.
El éxito ahora depende de herramientas y sensibilidades cada vez más elaboradas. No basta con dominar SAP y Oracle y decorar el manual de la fábrica. Hoy se buscan intérpretes multiculturales, políglotas, innovadores y capaces de trabajar en equipo y pensar en un nuevo esquema, no quedarse fuera.
Mientras el mundo más crece, la crisis de talentos se hace más grave. En China, 50 mil empresas multinacionales han inaugurado nuevas oficinas todos los años. Para diseñar microchips de computador, un sector que crece 20% al año, la India necesita 6 mil nuevos técnicos de TICs al año, pero apenas cuenta con 800 titulados.
La malversación comienza con el fracaso en la escuela primaria y pasa por las principales universidades. Sólo el 15% de los estudiantes brasileños que se matriculan en ingeniería terminan el curso. Y no basta sólo con tener buenos resultados. Según el Banco Mundial, sólo el 25% de los jóvenes indios y el 20% de los Rusos se preparan para salir de la universidad a trabajar en empresas de gran tamaño a nivel global.
Para escapar del aprieto, la sociedad necesita dejar de lado algunos vicios. Algunos de ellos, de acuerdo a Vijay Govindarajan, de Tuck School of Business, un de ellos es el método del "pato relleno”, con escuelas que llenan a los estudiantes con datos y teorías en lugar de animarles a pensar acerca de los problemas y trabajar juntos para innovar.
El otro tema es en relación con la edad. En medio de la sequía de talentos, faltan profesionales más experimentados y más críticos. Por eso, muchas empresas están aboliendo la jubilación obligatoria.
Otra salida es que la empresa se transforme en escuela para lapidar a los funcionarios ineficientes y sin experiencia. Ya son 4 mil universidades corporativas, como la universidad Petrobras, y la Infosis University, el doble de lo que había hace una década.
Una solución más polémica es la migración, con las tasas de fecundidad bajando y la población más viea aumentando, Estados Unidos necesita de 25 millones de nuevos trabajadores hasta 2030, y Europa Occidental, de 45 millones. Lo triste es que muchos países que se han fortalecido por los inmigrantes continúan con las puertas cerradas. Un total que ya se refleja en que, de los 100 Premios Nobel de Estados Unidos, la mitad han sido nacidos en el extranjero.
No hay una respuesta fácil a la crisis de talentos, sino que más bien muchas dudas. Una de ellas es rebajar las exigencias para los candidatos a los empleos. Esa es la alternativa empleada por el 54% de las empresas estudiadas por la Fundación Dom Cabral. Ese patrón es el que se repite hasta encontrar finalmente el cargo que la empresa necesita.