Guía para conocer Sao Paulo en un día
Viernes, Noviembre 4, 2016 - 12:24
Recorrer las principales atracciones de una de las ciudades más grandes de América Latina en una mañana y una tarde es posible, asegura en su crónica Facundo Macchi.
El Observador | 11 millones de habitantes, una superficie ocho veces mayor a la de Montevideo, US$ 50 en el bolsillo y algo menos de 24 horas. Con estas condiciones, asumí el desafío de conocer los principales puntos turísticos de Sao Paulo, una de las urbes más grandes de América Latina, cuyo ritmo y encanto conquistan al visitante desde el comienzo.
Allí, lo más complejo y avanzado de una gran metrópoli se combina con lo rústico e improvisado de ciudades más chicas y tradicionales de Brasil. Aquí, un repaso por los lugares a visitar y cómo optimizar tiempos y gastos en los paseos sin desesperarse ni terminar abrumado.
Una avenida de primer mundo
La Avenida Paulista es el centro financiero de la ciudad. Se extiende por poco menos de tres kilómetros y tiene de todo. Es un lugar que es necesario visitar para conocer la cara más ágil y elegante de la ciudad. Sobre la avenida se encuentran las principales tiendas de moda, gastronomía y tecnología del mundo. También hay varios museos y centros culturales, como el Museo de Arte de San Pablo.
Lo mejor es evitar la avenida a la hora de almorzar, ya que todos los funcionarios de las oficinas que hay por la zona aprovechan su tiempo libre para comer y los locales se saturan de gente. En caso de extrema necesidad o coincidencia, lo mejor es comer al final de la Paulista –en el cruce con la Avenida 13 de mayo– donde se ubica una feria de foodtrucks con ofertas variadas: desde pescado pasando por minutas, hasta una espectacular cerveza artesanal IPA a ocho reales el vaso.
A su vez, la Paulista es el lugar perfecto para hacer compras. Un apunte: hay una gran cantidad de tiendas de fast fashion que no existen en Uruguay y en las que se puede comprar prendas de tendencia a precios inimaginables en el mercado local. Por ejemplo, compré algunas remeras y shorts de jean a menos de $300 cada uno.
El mercado más popular
La avenida 25 de marzo es uno de los sitios más pintorescos de toda la urbe. Solo hay que imaginar el barrio Reus -un pintoresco rincón montevideano- pero a escala de una ciudad con 11 millones de habitantes. Para llegar existen subtes desde varios puntos de la ciudad.
Es importante, desde el comienzo, planificar la ruta al mercado tanto de ida como de vuelta porque no hay muchos lugares con Wi-Fi de conexión libre. También es fundamental viajar únicamente con una mochila y colgarla en el pecho para no perder de vista los bolsillos. Hay demasiada gente circulando por las calles y es fácil distraerse.
Desde la 25 de Marzo, lo mejor es caminar hasta el Mercado de Sao Paulo, un enorme galpón en el que se puede probar una amplia variedades de frutas. Aquí también se puede degustar el tradicional refuerzo con varias capas de fiambre.
Un consejo: hay que probarlo como novedad, pero si se viaja en grupo, es mejor comprar uno y repartirlo entre todos para saciar la curiosidad.
Desde allí también se llega caminando al barrio japonés, otro lugar curioso para visitar y en el que se puede comer bien y a bajo precio.
Un parque para contemplar
El mejor momento para visitar el Parque de Ibirapuera es la tardecita. El enorme predio verde está abierto 24 horas los fines de semana y sentarse a contemplar el entorno al final de la jornada es una gran experiencia. Si opta por recorrerlo todo, lo mejor es hacerlo en bicicleta. De lo contrario, hay que llevar una bebida y simplemente disfrutar del oxígeno. El parque se encargará del resto.
Las claves
Transporte. Como en toda ciudad grande, el subte es la mejor opción para moverse. Los ómnibus tienen recorridos demasiado extensos y el taxi funciona siempre y cuando no se enfrente a una manifestación (las hay a diario) o se quede estancado en el abundante tráfico.
Seguridad. No hay problema en circular por la calle siempre y cuando sea de día. Se debe evitar el centro de noche. La avenida Paulista es atractiva cuando cae el sol y no hay problema en caminar por allí, pero hay que ser precavido a la hora de usar el teléfono u otros objetos de valor a la vista.
Comida. La comida brasileña es pretenciosa en su sencillez. Le ponen una fruta a todos los platos y en la mayoría de los casos se trata de mezclas aparentemente incompatibles. El pescado es su especialidad y el salmón nunca les queda feo.
Mapa. Puede sonar antiguo, pero un mapa en papel que indique puntos turísticos y el recorrido del transporte público es de mucha utilidad.