Lo cierto es que no todo el mundo trabaja en lo que le gustaría. Pero acá tenemos algunos consejos para que puedas arreglar el problema.
Puedes estar trabajando en una función que no te gusta. También puedes estar trabajando en lo que te gusta pero el contexto de trabajo no es bueno. Puedes haber tenido ciertas expectativas con respecto a un determinado empleo y cuando finalmente accediste al mismo te diste cuenta que no era lo que imaginabas.
Lo cierto es que no todo el mundo trabaja en lo que le gustaría.
¿Qué alternativas tienes? Siempre hay alternativas. Sin embargo las que primero aparecen son las excusas. Siempre se puede, sólo hay que planificar el cambio adecuadamente.
En esta nota te traemos algunos trucos o tips para hacer un cambio de actitud frente a esta situación que te disgusta.
1. ¿Qué objetivos laborales te propones? ¿A dónde te gustaría llegar? Las razones por las cuales te sientes desganado pueden ser de variada índole
Una mala relación con tu jefe o tus compañeros de trabajo, jornadas extensas de trabajo, tareas operativas, malas condiciones de empleo, etc. Es importante que puedas determinar tu situación actual y tu situación deseada para poder valorar como positivo o negativo lo que estás viviendo. De esta manera quizás puedas entender que se trata sólo de un momento que te va a llevar a donde te gustaría estar en un futuro cercano. También puedes darte cuenta que lo que estás haciendo no te hace feliz y no va a llevarte a donde te gustaría estar. Es la hora de pensar en un cambio.
2. Sal de tu zona de confort y busca alternativas
Pregúntate qué has hecho últimamente además de quejarte. Si por el momento no puedes cambiar tu situación actual, intenta que cada día sea diferente. Aprende cosas nuevas, aumenta tu red de contactos, recupera viejas amistades, cuida mejor tus finanzas, acude a eventos, seminarios o congresos en donde puedas contactarte con personas que puedan facilitar tu entrada a otras empresas o actividades. No te quedes inmóvil en donde estás. Si quieres resultados diferentes, intenta con acciones diferentes.
3. Mantiene una actitud positiva y da las gracias todos los días
De acuerdo a un estudio científico de la Harvard Medical School, si escribimos todos los días aquello por lo que nos sentimos agradecidos, se genera un efecto muy positivo en nuestras emociones y nos hace posicionarnos en el lado bueno de nuestra vida diaria. Si quieres generar un cambio, el centrarte en aspectos negativos lo único que trae es frustración y de esta manera te cierras y dejas de ver opciones y alternativas diferentes a las que tienes en la actualidad. Entonces, enfócate en lo positivo que tienes: disfruta de tus amigos y de tu familia, intenta aprender algo nuevo todos los días, explora y estudia alternativas futuras, etc.
4. Reserva espacios de tiempo para tu vida personal
Probablemente estés pensando en este momento que no te queda tiempo adicional a lo que haces. En realidad si te queda, lo que tienes que pensar y planificar en qué invertirlo. En algún momento del día tenemos momentos de ocio. Pregúntate si es productivo o no. Si no lo es y no te trae ninguna satisfacción probablemente, en vez de descansar estés desperdiciando el tiempo. Aprende a aprovecharlo mejor con aquellas actividades que te provocan satisfacción.
5. Que esta situación personal de disgusto no afecte tus relaciones dentro y fuera del trabajo
Puede debatir y argumentar los motivos de tu descontento y quizás de esa forma otras miradas puedan ayudarte a encontrar nuevas alternativas. Lo que no deberías hacer es culpar a los otros de tu irritablidad, volviéndolos foco de insultos o actitudes poco amigables. La felicidad propia no es responsabilidad de los otros, es solo nuestra.