Una comunicación funcional en la pareja es la base para el crecimiento y evolución de la misma.
No es lo mismo hablar que comunicarse. Comunicar es saber expresarse adecuadamente y también escuchar. Pero muchas veces uno de estos dos elementos falta o está en exceso, pasando a convertirse en un monólogo o en dos conversaciones diferentes, siendo imposible el entendimiento, porque el mensaje se pierde por el camino.
A continuación, Julieta López, fundadora de www.sexydreamslove.cl y www.50sombrasdegrey.cl, comparte algunos consejos.
Entonces, ¿cuándo se considera funcional la comunicación?
- Cuando el mensaje enviado por una persona es el mismo que escucha la otra parte.
- Cuando la comunicación reduce las posturas defensivas.
- Cuando la comunicación conduce a la solución conjunta de los problemas y a una resolución satisfactoria de los conflictos.
- Cuando la comunicación aumenta el nivel de comprensión y empatía de la pareja.
Los malos entendidos pueden dar lugar a grandes discusiones, de manera que algo simple o sin importancia pasa a formar parte de un conflicto más serio.
Esto suele ocurrir por la imposibilidad de comprender al otro, ignorando completamente lo que nos está intentando comunicar o fomentando la ira.
Cuando la comunicación no es clara y afecta a la relación de pareja, puede ser por alguno de los siguientes factores:
- Creencias y expectativas: Tendemos a adjudicar a los demás el comportamiento que coincide con lo que esperamos de ellos, sin tener en cuenta que pueden ser equivocadas.
- Diferencias de estilo: Cada persona tiene un estilo diferente para comunicarse y tal vez, uno de los dos es más expresivo y el otro más reservado.
- Estados emocionales: Cuando se está desanimando o de mal humor es más probable percibir cualquier cosa de forma negativa.
- Falta de atención: Las personas difieren en su habilidad para trasladar la atención de un estímulo a otro y puede que el momento de comunicar algo a la otra persona no sea el más propicio por estar concentrado en otra cosa, cansancio u otras variantes.
Técnicas para comunicarse bien
Una práctica muy empleada en terapia de pareja es la Técnica de Hablar y Escuchar. Ofrece una forma alternativa de abordar cuestiones difíciles o que podrían llegar a serlo. Puede ser utilizada en cualquier conversación por ser simple y eficaz.
Con esta técnica se pretende una comunicación funcional entre ambos, siendo los dos partícipes y responsables de mostrar entendimiento de lo que nos está comunicando el otro.
Cómo formular un mensaje
- Hablar directamente al otro, mirarle cuando le habla.
- Hacerse responsable de lo que siente y experimenta, hablando en primera persona. Decir "me siento herido cuando hablas por teléfono mientras cenamos" es muy diferente a decir "tú me haces sentir herido cuando...". Cada uno es responsable de cómo se siente, no es el otro el que te hace sentir de una manera o de otra.
- No interpretar significados ocultos a la conducta o palabras del otro, no se puede adivinar la mente y se da por sentado algo que puede ser totalmente diferente.
- Hablar con frases breves, concretas y concisas. Cuando haya terminado de hablar, hazlo saber al otro y pregúntale qué es lo que le has dicho para saber si ha recibido correctamente el mensaje.
- No acusar ni echar la culpa al otro, no burlarse ni humillar. Lo único que se consigue es provocar una actitud defensiva y un contraataque.
Al recepcionar un mensaje
- Escuchar atentamente porque repetirás lo que tu pareja te ha dicho cuando termine de hablar.
- No interrumpirle.
- Mirar al otro cuando esté hablando.
- Mientras escuchas, intenta ponerte en el lugar de tu pareja, qué siente, cómo ve las cosas...
- Si tienes dudas o no entiendes lo que te quiere decir, pídele que lo repita.
- Cuando tu pareja haya terminado de hablar, repítele lo que has escuchado para ayudarle a saber si le has comprendido.
- Cuando tu pareja te indique que lo has comprendido, es tu turno para responder.
En síntesis, una buena comunicación es aquella que permite que tu pareja se entere de lo que quieres decirle y para ello antes de hablar pregúntate.
- ¿Qué quiero decir?
- ¿Cómo voy a decirlo?
- ¿Por qué voy a decirlo?
Estas tres sencillas preguntas te ayudaran a clarificar las ideas y darte cuenta si es importante decirlo o no, pues no siempre es necesario y adecuado hablar todo.