De acuerdo al autor de 'Contracorriente, la sabiduría de dirigir', “lo que las universidades y escuelas de negocios deberían hacer es generar sistemas de aprendizajes que le permitan a un empresario tener el autoaprendizaje suficiente para que diseñe sus propios modelos”.
En entrevista con AméricaEconomía, Guillermo Bilancio, autor de “Contracorriente, la sabiduría de dirigir”, analizó el actual proceso de dirección de los líderes y lo que deben hacer para evitar atarse a dogmas, paradigmas y a la llamada “inflamación profesional” donde todo tiene que ver con procesos, métodos, teorías y técnicas.
Para Bilancio, “todas las escuelas de negocios y universidades intentan erróneamente edificar el pensamiento cuando en realidad son quienes dirigen los que deben diseñar y construir sus propios modelos, porque generalmente aquellos que vienen preestablecidos tienen problemas de ajuste cuando se quieren implementar”.
- ¿De qué forma los actuales líderes empresariales pueden dirigir de una manera más simple?
Cuando hablo de que simple es a su medida. Son los empresarios los que deciden la manera de dirigir sin atarse a dogmas ni paradigmas, ni a lo que llamo hoy, “inflamación profesional”, donde todo tiene que ver con procesos, métodos, teorías y técnicas.
Hay que simplificar las etapas para llevar la idea a la acción y no detenerse tanto en el medio, que tiene que ver con el planeamiento y con una serie de instancias que paralizan el proceso de la idea.
- ¿Cuáles son las condiciones que debería tener quien dirige?
Si quien dirige no tiene capacidad de decisión respecto del rumbo ni la capacidad de alinear o cohesionar a su grupo en torno a la filosofía de la empresa ni menos de evaluar o tener autocrítica para poder entender por qué no se dieron las cosas como se deberían haber dado, son cosas que llaman a la reflexión.
Insto al empresario para que diseñe sus propios modelos acorde a su sistema cultural.
- ¿Qué rol cumplen el liderazgo, la estrategia, innovación y cognición en el proceso de dirigir?
El liderazgo está relacionado con la capacidad de influenciar, seducir y persuadir al grupo respecto de algo que el grupo no vio y el líder percibió. Si quien lidera no tiene la capacidad de liderar tiene poca chance de condicionar a un grupo. Por su parte, la estrategia es el rumbo.
En tanto, la innovación no es otra cosa que encontrar un espacio de oportunidad en el cambio. Se relaciona con la estrategia desde la perspectiva, que durante el proceso, se puede encontrar el rumbo. Sin embargo, una vez que se definió el espacio y el rumbo, se debe influenciar para llegar a donde se quiere (liderazgo).
Por su parte, la cognición es acción efectiva.
Entonces la innovación, liderazgo, estrategia y cognición son elementos que se unen para hacer de esto “la sabiduría de dirigir” que no se enseña ni se aprende sino que se práctica.
Lo que las universidades y escuelas de negocios deberían hacer es generar sistemas de aprendizajes que le permitan a un empresario tener el autoaprendizaje suficiente para que diseñe sus propios modelos.
- ¿Qué tipo de falencias son las más recurrentes en los actuales dirigentes?
Generalmente están mucho más involucrados en la gestión y operación que en la estrategia y política. Entonces, están mucho más orientados al cómo tratar de decidir el qué.
Es importante que los líderes comiencen a pensar cuál es el rumbo y tratar de alinear a la gente en ese camino.
Los empresarios suponen que lo que ellos plantean es la verdad revelada, entonces la conversación es escasa.
- ¿Cuál sería el prototipo de buen empresario?
El verdadero empresario es aquel que hace centro en su gente, que da y no espera solamente recibir.
- Actualmente existe una proliferación de cursos de perfeccionamiento en temas de liderazgo y coaching ¿Son herramientas efectivas para que los ejecutivos cambien su paradigma y puedan dirigir de mejor forma?
Sí, todo aquello que ayude a mejorar la actitud es bienvenido, sin embargo, hay que ver con qué ideología se hace.
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