El ruido registrado en estas salas supera por mucho la recomendación realizada por la OMS, lo que puede ser perjudicial para los pacientes y el equipo de médicos.
Cluster Salud. La Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) es un lugar en que se debe cuidar de muchos detalles, incluido el ruido. A pesar de existir límites para esto, un nuevo estudio realizado por investigadores belgas, demostró que los niveles de ruido en estas instalaciones a menudo son más altos de lo necesario y perturban tanto al equipo médico como a los pacientes.
De acuerdo a la OMS, en las salas de hospital debería haber niveles medios de sonido por debajo de los 45 decibelios (dBA), con un máximo de 40 dBA en la noche. Esto se basa en que la exposición al ruido impacta negativamente en los pacientes y en los médicos.
De acuerdo al estudio, realizado por Eveline Claes, del Hospital Jessa Ziekenhuis, Hasselt, Bélgica y sus colegas, descubrió que los niveles de sonido en estas salas, con promedios de 45 dBA y la mitad del tiempo por sobre los 52 dBA.
La medición fue realizada con un medidor de sonido en una sala de 12 camas de la UCI del Hospital Jessa. Se colocó el medidor en una habitación de dos camas y se dejó pasar una semana, para evitar que las personas bajaran intencionalmente sus niveles de ruido. Una vez funcionando, la medición se realizó por 24 horas en cada locación.
Al lado de la cama se registró un promedio de solido de 52,8 dBA en la noche, 54,6 dBA en el día y 14 máximos sobre los 80 dBA, con el más alto marcando 101,1dBA. En la estación de enfermería, se registraron niveles de sonido promedio de 52,6 dBA de noche y 53,9 dBA durante el día, con 11 máximos por encima de 80 dBA, con un pico de sonido máximo de 90,6 dBA.
De acuerdo a la doctora Claes, los momentos de ruido más alto pueden ser las alarmas de la sala y está incluido el ruido de las máquinas necesarias para la operación del lugar y el trabajo del equipo médico. Además, asegura que, a pesar de estar muy sobre los niveles recomendados por la OMS, son comparables con otras UCI.
La autora apunta a que la única solución actual posible es utilizar tapones de oído o algún otro tipo de protección para disminuir el ruido. Según Claes, las alarmas de los dispositivos médicos suenan por sobre los niveles recomendados por la OMS, por lo que a futuro se deberían buscar opciones de alarmas inteligentes y equipos que generen menos ruido.