Por Maribel Ramírez Coronel, Periodista en temas de economía y salud para El Economista.
Una de las grandes dudas en torno a cómo hará las cosas el próximo gobierno de México, que ahora sí ya está a cuarto para las 12 de tomar posesión, es el rumbo de la megacompra consolidada de medicamentos e insumos para la salud. Es un asunto vital no sólo por el monto que implica —cerca de 50.000 millones de pesos o US$ 2.428 millones— sino porque se trata del abasto y cobertura de las terapias e insumos para prácticamente todas las instituciones que conforman el sistema nacional de salud.
Se ha dicho que la Secretaría de Hacienda estaría concentrando el control de todas las compras, incluidas las de este rubro.
Sin embargo, la designación del mexiquense Pedro Mario Zenteno Santaella, quien ha renunciado a su curul de diputado federal para ser director de Administración del IMSS, una posición estratégica en el organismo social más importante de América Latina, es una señal de que probablemente se mantendrá la compra en el seno del mismo IMSS —como ha sido en los últimos años— pero reportando a la Secretaría de Hacienda, pues Zenteno es muy cercano y de absoluta confianza al próximo secretario Carlos Urzúa.
Por lo pronto, la última compra consolidada a cargo de la administración saliente, para los insumos del 2019, ha causado revuelo en los últimos días. Esta semana se resolvió una parte de la compra de antiretrovirales para pacientes con VIH, que había generado gran revuelo debido al reclamo y desacuerdo de asociaciones de pacientes por la inclusión de una alternativa terapéutica que no consideraban de probada calidad. La terapia original es la que les ha dado resultado y es la de su preferencia, pero se entendía que era mucho más costosa y por eso se esperaba que la decisión iba a favorecer a Sandoz y Landsteiner con sus terapias alternativas a un mejor precio. No fue así.
Al final dicha licitación fue ganada por Stendhal, que dirige Rodrigo Ruiz, con un producto de Gilead, encabezada por Erick Musalem. Ya no era proveedor único porque por primera vez ya no tenía la protección de patente, pero dio el mayor descuento y ganó nuevamente. Hablamos del antiretroviral tenofovir, del cual el IMSS comprará 509.182 piezas y su precio máximo de referencia era de 1.628 pesos. Farmacéuticos Maypo (distribuidor de Stendhal que representa a Gilead) ofreció un descuento de 20.15 por ciento. El costo unitario bajó a 1.300 pesos. Ello significó para el IMSS un ahorro superior a 167 millones de pesos y de 387 millones de pesos respecto de la cotización más alta recibida en la investigación de mercado.
Aquí las severas críticas de asociaciones de pacientes como Derechohabientes Viviendo con VIH del IMSS, que lleva Luis Adrián Quiroz, son que el único factor que considera el IMSS es el precio y nunca consideran la calidad cuando ésta debería ser la prioridad y el factor que determine las decisiones.
Aún falta por definirse la compra sobre otro antiretroviral, darunavir, igual de importante en la mezcla vital de tratamiento a pacientes con VIH. En este caso la farmacéutica Janssen es la dueña original de referencia y Sandoz trae la alternativa; en los siguientes días sabremos el resultado.
Será interesante cuando la próxima administración se enfrente a estos dilemas. Habrá que ver a qué factores le darán mayor relevancia el próximo titular del IMSS, Germán Martínez, y su director administrativo, el morenista Zenteno Santaella. La doctora Asa Cristina Laurell habla con insistencia de cobertura de todas las terapias para todos. El problema es que otra vez el precio sea el único elemento que rija para las decisiones al igual que sucedió con la administración saliente.