Los enormes obstáculos logísticos y la magnitud de la destrucción impiden que la ayuda llegue a cientos de miles de personas heridas y sin casa que habitan en Puerto Príncipe.
Puerto Príncipe. Miles de haitianos heridos o sin hogardurmieron en las calles por tercera noche consecutiva y pedían ayuda esteviernes mientras pasaban de la desesperación a la ira, sintiendo lasréplicas del terremoto en la devastada capital, Puerto Príncipe.
Gobiernos de todas partes del mundo están enviando suministros deayuda y equipos médicos tras el sismo del martes en la nación caribeña,la más pobre del hemisferio occidental.
Sin embargo, los enormes obstáculos logísticos y la magnitud de ladestrucción impiden que la ayuda llegue a cientos de miles de personasheridas y sin casa que habitan en Puerto Príncipe.
"Estas personas perdieron todo. No tienen nada. Han estado esperandopor dos días. Nadie nos está ayudando. Por favor tráiganos agua o lagente morirá pronto", dijo Renelde Lamarque, que abrió el patio de sucasa a cerca de 500 víctimas del terremoto en el devastado barrio deFort National.
Sobrevivientes andrajosos elevaban sus brazos a un reportero, rogando por agua y comida.
Decenas de miles habrían muerto por el sismo del martes y aún seperciben peligrosas réplicas en la ciudad, que causan desplazamientosde escombros y angustia a personas que quedaron traumatizadas por lasmasivas muertes y heridos.
Una fuerte réplica volvió a sacudir a los edificios a las 5.00 hora local (1000 GMT) del viernes, generando alarma.
Falta coordinación. En una señal de que los esfuerzos internacionales podrían superarlas diferencias ideológicas, el gobierno comunista de Cuba permitiráque el Ejército estadounidense use su restringido espacio aéreo paravuelos que transporten a víctimas haitianas.
La decisión reducirá en 90 minutos el tiempo de vuelo hacia Miami,en viajes que normalmente se realizan rodeando a Cuba, segúnfuncionarios estadounidenses.
Trabajadores de asistencia comentaron que estaba llegando algo deayuda a las personas, pero de forma caótica, y dijeron que se necesitamás coordinación de forma urgente.
"Alguna ayuda está llegando, pero no a muchas personas", dijoMargaret Aguirre, alta funcionaria del Cuerpo Médico Internacional.
Pero mientras aumenta el riesgo de inanición e infecciones en lasdestrozadas calles llenas de escombros, basura y cuerpos endescomposición, la mayoría de los haitianos asegura que aún no recibenada.
"No he comido nada desde anteayer, perdimos nuestra casa, no tenemosnada que comer, nadie ha venido, no hemos visto a nadie, ni siquiera aun ministro o senador", dijo Bertilie Francis, de 43 años, quien estabajunto a sus tres hijos.
"Estamos aquí por la gracia de Dios, de nadie más", sostuvo.
Haitianos desesperados bloquearon el jueves las calles con cadáveresen una parte de Puerto Príncipe para pedir que la ayuda llegue másrápido, dijeron testigos.
Aguirre sostuvo que agencias de asistencia estaban evaluandoestablecer un campo de refugiados central para agrupar asentamientos devíctimas que están apareciendo por todo Puerto Príncipe.
"La clave es la coordinación. Tantos trabajadores de ayudasimplemente están fuera de foco. Queremos evitar a gente corriendoalrededor (y) haciendo su propio esfuerzo", comentó.
Expertos en desastres de Naciones Unidas indicaron que al menos un10 por ciento de las viviendas en la capital haitiana resultarondestruidas, dejando a cerca de 300.000 personas sin hogar, pero enalgunas áreas el 50 por ciento de los edificios colapsaron o sufrierondaños graves.
Pedido de la ONU. Agencias de la ONU se aprestaban a emitir el viernes una petición deemergencia por cerca 550 millones de dólares para asistir a lossobrevivientes del terremoto.
La misión de fuerzas de paz de la ONU en Haití, que perdió a 36 desus funcionarios en el desastre, intentaba coordinar sus operacionesdesde una oficina cerca del aeropuerto.
En la noche se pudieron oír en la ciudad coros de himnos, oraciones,gemidos y lamentos de duelo, mezclados con el ladrido de perrosaterrorizados, que se repetían en los accidentados vecindarios.
Se podían apreciar cuerpos por toda la ciudad, y la gente cubría susnarices con tela para evitar el olor a muerte. Los cadáveres seapilaban en camionetas y eran llevados al Hospital General de PuertoPríncipe, donde el director Guy LaRoche estimó que los cuerpos apiladosfuera de la morgue eran 1.500.
Tres días después de que se produjo el desastre, multitudes clamabanpor agua y alimentos, al tiempo que ayudaban en las tareas de rescate afamiliares que aún permanecen bajo los escombros.
Shaul Schwarz, fotógrafo que trabaja para la revista TIME, dijo quevio al menos dos barricadas formadas con cadáveres de víctimas delterremoto y piedras.
"Están empezando a bloquear los caminos con cuerpos, se estáponiendo feo, la gente está cansada de no recibir ayuda", dijo Schwarza Reuters.
Los sobrevivientes enfadados protestaban mientras decenas de avionesque comenzaron a arribar a la capital del país caribeño con laasistencia saturaban el pequeño aeropuerto.
La Cruz Roja de Haití dijo creer que entre 45.000 y 50.000 personaspodrían haber muerto, mientras que unos 3 millones de haitianosquedaron heridos o perdieron sus hogares por el sismo de magnitud 7,0.
"Ya hemos enterrado 7.000 personas en una fosa común", sostuvo elpresidente Rene Preval a periodistas en el aeropuerto de la capital.
Rescatistas advirtieron que la cifra de muertos subirá rápidamentesi decenas de miles de haitianos heridos, muchos con huesos rotos ygraves pérdidas de sangre, no reciben primeros auxilios en las próximas24 horas.