Como signo de alguna enfermedad o como consecuencia de alguna dieta incorrecta, el lado oscuro del aliento casi siempre tiene una razón más simple: higiene incorrecta.
Además de todas las consecuencias socialmente complejas que implica la halitosis o mal aliento, lo más preocupante es que -subrayan los expertos dentales- puede ser un signo de padecer alguna enfermedad, como una insuficiencia renal crónica, diabetes mal controlada, sinusitis, una alteración en el funcionamiento del hígado, infecciones en el pulmón o problemas gastrointestinales.
Si el origen es buco-dental, además puede agravarse con el uso de prótesis removibles, roncar, obturaciones, tener caries, periodontitis, gingivitis, infecciones en la cavidad bucal o el consumo de tabaco.
Además, existen numerosos fármacos que tienen como efecto secundario la disminución de la producción de saliva y, al tener la boca seca, se genera el mal aliento.
Otra raíz del problema puede estar en una dieta pobre en hidratos de carbono o hipocalórica, ya que la carencia de estos nutrientes provoca que el organismo utilice las grasas para conseguir la energía que necesita. Al metabolizar las grasas se produce cetoacidosis, que consiste en un incremento de cetonas en la sangre, provocando mal aliento.
Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, el motivo principal es una inadecuada higiene bucal. Una metódica secuencia de limpieza, la visita anual al dentista y el uso de elementos de higiene de buena calidad permiten enfrentar y prevenir esta incómoda condición.
El cirujano dentista chileno, Pablo Llorens, señala que “para solucionar la halitosis lo primero es detectar su origen. Como en la mayor parte de los casos está asociado a una pobre higiene buco-dental -sobre el 88% de los casos- hay que empezar por una mejora de los hábitos de higiene: cepillarse los dientes, encías y lengua después de cada comida, y muy importante es la higiene entre los dientes ya sea con seda dental o con cepillos interdentales", comenta el profesional.
Y subraya: "Es imprescindible visitar al dentista con regularidad, al menos una vez al año, para prevenir las caries, gingivitis y otras afecciones dentales que puedan desencadenar en una halitosis”. Agrega que eliminar el hábito del tabaco, no beber alcohol y limitar el consumo de alimentos que favorecen el mal aliento también son pasos importantes.
En términos generales, las organizaciones científicas dentales recomiendan los siguientes cuidados para prevenir la halitosis:
- Una correcta técnica de higiene buco-dental
- Utilizar productos de calidad
- Realizar una buena técnica de higiene interdental y de la lengua
- Tener un buen control de enfermedades sistémicas como la diabetes
- Beber agua con frecuencia
- Tomar zumos elaborados con cítricos ya que estimulan la secreción de saliva
- Mascar chicle sin azúcar por cinco minutos, que también favorece la salivación.
- Evitar los alimentos muy secos o fibrosos, e incrementar el consumo de ensaladas.
- Consultar al médico si se toman medicamentos que producen hiposialia (boca seca).