El marketing debe resolver las necesidades de los clientes a través de la innovación y mediante una campaña que descifre las emociones, razones e instintos de los consumidores y su nicho.
Para tener una jugada exitosa, los emprendedores deben generar nuevas ideas que lleguen a más personas, resuelvan las necesidades de los consumidores, sobrevivan al mercado y modifiquen de manera positiva la vida de los clientes.
Ricardo Perret, empresario y consultor de negocios, recopiló en su libro “Home runs de la Innovación” las estrategias ganadoras de diferentes lanzamientos en el mercado que, a través de la mercadotecnia, psicología y neurociencia, supieron aprovechar sus fortalezas para adherirse al gusto de los consumidores.
Esta labor no es fácil. Un estudio de Mindcode, realizado a 30 empresas en Estados Unidos y Latinoamérica, reveló que de 10 ideas generadas 9.5 se difuminan en el camino sin siquiera llegar a las personas para las que fueron concebidas. Este resultado crea entre los directivos furia, decepción, tristeza y desesperación al ver que sus propuestas no llegan al mercado.
Las fortalezas, según Perret, radican en las motivaciones que se tienen para innovar como el deseo de crecer; reconocimiento; instinto de dominar; ayudar a la sociedad; trascender y emular a los grandes. Identificado el deseo, el siguiente paso es descubrir las oportunidades.
Este proceso no se vive en solitario, ya que se debe de contar con un equipo que respalde la toma de decisiones y que investigue las tendencias del mercado. Es decir, “el nicho psicográfico y aspiracional” que incluye el comportamiento, localidad, rango de clientes y nivel socioeconómico y cultural del público objetivo.
Perret afirma que innovar es agregar valor, y para ello se necesitan conocer las carencias del cliente, a nivel racional, emocional y de instintos. Una vez satisfechas estas tres necesidades las personas se convertirán de clientes potenciales a clientes recurrentes.
Para identificar el valor agregado del producto es necesario delimitar el plan de acción y las oportunidades que se esperan encontrar, pero hay que tomar en cuenta que “nunca será posible satisfacer todas las carencias de los consumidores, por lo que los esfuerzos se deben enfocar a lo prioritario”.
El primer paso es definir el Plan de Marketing, es decir, el costo y tiempo del producto, su potencial de rentabilidad, las barreras de entrada en el mercado, el valor agregado. Además, conquistar mercados leales, distribución, capacidades administrativas de la empresa, las patentes y franquicias, así como la percepción de los medios de comunicación.
Con un plan de marketing pulido, el siguiente paso es el lanzamiento del producto. Este debe ser en el momento de consumo exacto que la sociedad requiera, por ejemplo la temporada navideña, durante algún acontecimiento histórico, o de crisis de salud, educativa o tecnológica. Si el lanzamiento se lleva bajo este régimen se creará un ritual de consumo en donde el cliente comprara una y otra vez, porque sus necesidades son atendidas en tiempo y con productos valiosos.