La selección anfitriona de Sudáfrica está destinada a vivir historias grandiosas, si los huesos de la bruja Sebenzile Nsukwini son confiables.
Johannesburgo. Si los huesos de Sebenzile Nsukwini son confiables, el Mundial de fútbol se va a desarrollar sin problemas y la selección anfitriona de Sudáfrica está destinada a vivir historias grandiosas.
"Eish, se ve bien para Sudáfrica", dijo la hechicera zulú de 33 años luego de cerrar sus ojos sobre los aparentemente desparramados huesos de animales y conchas de mar durante una sesión de espiritismo en el centro de Johannesburgo.
"Miren, los problemas están muy, muy lejos. No hay bombas", añadió, señalando un pulido y muy decorado nudillo que se encontraba lejos de la masa de chucherías esparcidas por el piso de concreto en la esquina de una lúgubre estación de buses.
Un reporte de un periódico el fin de semana, negado vehementemente por el Gobierno de Sudáfica, sobre un "80% de posibilidades" de un ataque terrorista durante el torneo de fútbol que se disputa del 11 de junio al 11 de julio sugiere que su confianza no es compartida universalmente.
Pero en Africa, donde el misticismo y la magia forman parte de la vida de muchas personas, las declaraciones de una "sangoma" como Nsukwini pueden tener tanto peso como aquellas emitidas por gobiernos, especialmente cuando se trata del oscuro mundo de las agencias de seguridad.
Peso en el deporte. También en el deporte las sangomas tienen una parte regular, pero no oficial en la nómina de un equipo africano, usando su habilidad para comunicarse con los muertos para determinar la suerte de un jugador y si corresponde una dosis de magia favorable y una poción "muti" tradicional.
Predecir el resultado de una Copa del Mundo va más allá de las funciones normales de una sangoma, aunque Nkuswini estaba lo suficientemente confiada para decir que Sudáfrica "será fuerte", a pesar de estar clasificada apenas en el número 83 en el ranking de la FIFA.
Había más certeza por parte del adivinador nigeriano de 78 años John Adatiri, quien pudo hacer un pronóstico preciso del resultado a pesar de admitir que era la primera vez que analizaba un torneo de fútbol en sus 50 años como místico.
Tras mirar breve pero intensamente un espejo de dos lados que sacó de una vieja bolsa de aseo en su choza con techo de zinc en Lagos, Adatiri declaró: "Nigeria jugará en cuartos de final. Brasil ganará".
Los sangomas sudafricanos sacrificaron una vaca en el nuevo estadio Soccer City cerca de Johannesburgo para bendecir la cancha y dar a la selección nacional un impulso espiritual.
Sin embargo, los cercanos al deporte dicen que las creencias tradicionales podrían ir disminuyendo en los principales clubes domésticos, debido a entrenadores no africanos que prefieren que su equipo se anime por el entrenamiento en vez de por fuerzas superiores.
Pero para muchos sudafricanos comunes y corrientes el "muti" -derivado de la palabra zulú para árbol- es una fuerza potente y los "sacrificios muti", en los que un niño o un anciano es asesinado para obtener partes del cuerpo, no son desconocidos en áreas remotas.