El programa logró posicionar a Kyklos dentro del 10% de las mejores Empresas B del mundo, gracias al trabajo que realizan en 81 colegios chilenos. Sebastián Herceg nos cuenta sus inicios, la llegada de este reconocimiento y los próximos desafíos.
Sus inicios no fueron fáciles. Kyklos nace en 2012 como respuesta a la falta de educación en torno al cuidado del medioambiente en Chile, y claro está que intentar dar un giro a esta problemática tuvo sus obstáculos.
Su director ejecutivo, Sebastián Herceg, buscó la forma de masificar la idea del reciclaje apuntando a las escuelas. Ahí comenzó la aventura que mostró en sólo 12 meses, un importante impacto gracias a la instalación de puntos verdes en 12 establecimientos iniciales.
Kyklos es un programa de origen chileno que consiste en insertar esta cultura que comienza con un diagnóstico, para conocer con certeza qué debe ser reforzado o implementado en la comunidad escolar. Así se entregan las herramientas para generar estrategias de impacto ambiental y formar posteriores líderes en la materia.
Actualmente, se trabaja con 81 colegios la región Metropolitana, región de Los Lagos, del Libertador General Bernardo O'Higgins y Valparaíso, donde se ha reunido en lo que va del 2017, unas 35 toneladas de material reciclado.
Los importantes avances lograron que en septiembre de este año, Kyklos fuera reconocida en la séptima versión del premio anual B Corp Best for the World, formando parte dentro del 10% de las Empresas B del mundo en categoría Medioambiente.
Tras este premio, conversamos con Herceg para conocer más de este emprendimiento que ya es destacado a nivel mundial.
- ¿Cómo fue la recepción de los establecimientos educacionales al ofrecerles el programa?
Inicialmente fue complejo, no había mucha convicción sobre la importancia que jugaba la educación en el cuidado del medioambiente. Además, teníamos pocos colegios y escasa experiencia de lo que estábamos ofreciendo, lo que hacía muy difícil que se interesaran.
Dado que inicialmente era gratis trabajar con nosotros, 12 colegios creyeron en el desafío y por un año logramos generar el cambio que prometimos.
- En estos cinco años de implementación, ¿cuáles han sido los resultados tanto en cifras como cambios en los hábitos de los estudiantes?
En términos de cifras de recolección de desechos, el primer año con 12 colegios recolectamos alrededor de 100 kg/mes en un año. A la fecha, y con 80 colegios funcionando, algunos antes y otros después, llevamos en promedio 400 kg/mes.
Por otro lado, el programa inicialmente buscaba trabajar con algunos estudiantes del colegio. Esto se ha transformado y actualmente trabajamos con todos a través de diferentes metodologías. Esto nos permite decir que hoy en día trabajamos la educación ambiental con más de 63.000 niños y cerca de 5.000 docentes.
En cuanto a hábitos ambientales, tanto el aumento en la tasa de reciclaje como la cantidad de profesores que hoy apoyamos, ha permitido que los mismos estudiantes busquen nuevos desafíos ambientales y generen proyectos internos a sus respectivas escuelas, logrando así el cambio ambiental que buscamos, es decir, agentes de cambio dentro de sus comunidades.
- ¿Cómo llegan a ser reconocidos por B Corp Best for the World? ¿se postularon?
Este reconocimiento se da gracias a un trabajo que hemos realizado durante todo este año, donde Sistema B internacional evalúa a todas las empresas del mundo según sus avances en distintas temáticas que nos permiten ser a nosotros una Empresa B.
La certificación para pertenecer a Empresas B es bien larga. Nosotros la obtuvimos en abril del año 2016. Al pertenecer ellos te incluyen en sus reconocimientos. Este premio nos muestra que vamos por buen camino, somos de las mejores empresas del mundo para el medio ambiente y esperamos seguir siéndolo como también poder ser reconocido en las otras categorías que son Medioambiente, Clientes, Trabajadores, Comunidad, Gobernanza, Puntaje General, Changemakers.
- A tu juicio, ¿cuáles son los principales aportes que Kyklos a entregado a la comunidad?
Uno de los grandes aportes ha sido el cómo a través de la implementación del programa Kyklos hemos logrado que los desechos o basura se transformen en una gran oportunidad de aprendizaje. Desde este punto de partida, es decir, ver el problema como una oportunidad de aprendizaje, hemos liderado un cambio educacional dentro de más de 80 establecimientos en Chile.
Por otra parte, un gran aporte es ver como a través de nuestro programa los colegios y sus alumnos se han convertido en agentes del cambio ambiental. Además, las familias se han ido sumando y haciéndose parte de esta transformación cambiando hábitos ambientales en sus casas. Esto demuestra que la transformación no se vive tan solo en los colegios sino que impacta a la comunidad en su totalidad.
- ¿Faltan iniciativas como ésta?
Mientras más iniciativas existan parecidas o complementarias a Kyklos, es mejor para el mundo y, por ende, mejor para todos nosotros. Hoy existen varias, pero me gustaría decir que existen muchas, dado que soluciones hay muchas, pero buenas soluciones pocas. Ahí es donde falta mayor innovación y más cercanía con las comunidades para lograrlo.
- ¿Cuáles son los próximos desafíos para Kyklos?
Este 2017 el desafío estaba puesto en perfeccionar nuestro programa educacional y en generar un mayor impacto en las comunidades, cosa que hemos logrado con creces.
Para los próximos años esperamos crecer aún más en el impacto que estamos generado y contar con más colegios que sean parte de nuestra red. Actualmente somos la red de reciclaje escolar más grande de Chile, pero esperamos llevar a Kyklos a más regiones, más colegios y más países, generando así una gran comunidad de cultura ambiental.