El joven técnico Julian Nagelsmann ha asentado su buen fútbol al inyectarle herramientas tecnológicas a su trabajo.
Han realizado una excelente campaña en la Bundesliga y rozan la clasificación a la próxima Liga de Campeones. El club alemán Hoffenheim quizás deba dar gracias por su buen momento a la fuerte inversión tecnológica que ha venido haciendo desde el 2008, específicamente sobre dos sistemas de avanzada.
Footbonaut y Helix, dos tecnologías claves para el desempeño de quienes hoy son conocidos como el club “beta” o “2.0”, han permitido a los dirigidos por el joven técnico alemán Julian Nagelsmann asentar su buen fútbol en la liga alemana tras el aporte del billonario local Deitmar Hopp, máximo accionista del equipo.
El primer sistema consiste en un centro de entrenamiento para cuya construcción el Hoffenheim desembolsó 3 millones de euros (unos 3,2 millones de dólares). El Footbonaut es una caja de 20 metros cuadrados con cuatro máquinas que arrojan balones a diferentes velocidades y trayectorias hacia los futbolistas; estos últimos, en el número de toques que especifique el entrenador, tienen que enviar el esférico a uno de los 64 paneles que posee la estructura según se determine en el momento.
Esta tecnología, que había sido utilizada por el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp, permite al jugador desarrollar su rapidez en la ejecución de jugadas y, por lo tanto, su capacidad para tomar decisiones acertadas bajo presión.
Aquello se complementa con Helix, un sistema que se enfoca en la visión periférica de los futbolistas, un simulador con una pantalla de 180 grados en la que aparecen jugadores recreados realizando diversas acciones. El participante debe reconocer quiénes son sus compañeros y decidir a partir de eso para resolver correctamente las tareas.
Los datos son recogidos en un dispositivo creado por SAP, empresa de soluciones de software propiedad de Hopp, y puestos a disposición del cuerpo técnico mediante estadísticas y datos.