En busca de profesionales integrales, salen al descubierto ciertas diferencias entre hombres y mujeres. La negociación y las habilidades socioemocionales son un ejemplo. A continuación, de qué se tratan estas diferencias y cómo trabajar en ellas.
Más allá de dominar las nuevas tecnologías, los cambios del mercado y liderar equipos compuestos por profesionales diversos, el líder de hoy, sea hombre o mujer, debe tener ciertas habilidades que no siempre están en el primer orden de la lista.
Se requiere, por ejemplo, que posean inteligencia emocional, se adapten, tomen decisiones y sepan comunicarse eficazmente y negociar. Y todo esto en un escenario donde no es fácil hallar a profesionales integrales.
Es en esta búsqueda por profesionales integrales que salen al descubierto ciertas diferencias. La negociación y las habilidades socioemocionales son un ejemplo. Se dice que las mujeres no son buenas para negociar y que los hombres no tienen muchas habilidades socioemocionales. Aunque existen diferentes grados de habilidad, es cierto que el tema de la negociación ha sido mencionado varias veces cuando se analizan los aspectos más débiles de las profesionales. De todas maneras, cada vez existe mayor consciencia de las diferencias en este tema y de lo que se debe hacer y valorar.
En la conferencia “Mujeres en los Negocios” organizada por Wharton, entre las varias académicas que hablaron y dedicaron palabras al tema de la negociación, Fatimah Gilliam, fundadora y consejera delegada del grupo Azara dijo que las mujeres transmiten una imagen de menos confianza que los hombres en el entorno corporativo, los estudios sobre la mente de los hombres y las mujeres muestran que esto no puede ser un impedimento, sino una diferencia en la forma de expresar la confianza. “Por ejemplo, somos mucho más tranquilas en situaciones de estrés, en que hay que ser versátil o cuando las cosas van mal. El hombre a menudo se enoja, siente ‘pánico’, a falta de un término mejor”, dijo Guilliam.
Em tanto, en el blog Retos Directivos de Harvard Deusto y EAE Business School, se explica que entre las bondades del liderazgo femenino está la negociación, porque “la conciliación es una de sus principales características, al igual que una mayor facilidad para influir en los otros”.
La disposición a creer que ellas negocian mal está perjudicando las negociaciones, según un estudio de Berkeley-Hass y la University of Pennsylvania. En este se reveló que las mujeres eran más propensas que los hombres a ser engañadas durante las negociaciones. Pero el asunto se enfocaba más bien en percepciones que suelen tener quienes negocian con mujeres y que creen que ellas son más fáciles de engañar, incompetentes en los negocios y cordiales, por lo que toman menos represalias.
Pero en opinión de Laura Kray, profesora en Berkeley-Hass y líder del estudio, “si los tratos a las mujeres en los negocios son de este tipo, es importante valorar el camino de igualdad que nos falta recorrer. Ambos géneros, se ha comprobado, son igualmente capaces de desarrollar cargos importantes de trabajo”
El éxito de la negociación masculina se debería, de acuerdo con la connversación que sostuvieron las académicas en el encuentro de Wharton, en que los hombres suelen negociar, por lo que para ellos es normal. Además, “la sociedad en general define la confianza de la manera en que la expresan los hombres, por lo que es necesario trabajar ampliamente estos atributos reconocidos de forma más amplia”, dijo Jennifer Pereira, directora de inversiones privadas directas de CPP Investment Board.
Según dice Isaías Sharon, psicólogo y director de Smartcoach, existe una diferencia, pues “los hombres tenemos una estructura de procesamiento que nos facilita el razonamiento lógico-matemático, guiando las decisiones a metas concretas por lo que el trabajo con indicadores y la negociación de intereses se da con mayor facilidad. Por su parte, las mujeres son más hábiles en reconocer los estados emocionales, generar empatía y propiciar la confianza interpersonal antes que los objetivos concretos, por ello la combinación adecuada de estas cualidades en los equipos de trabajo, así como en las mesas de negociación, brindan indudablemente mejore resultados colectivos”.
Sobre la facilidad de las mujeres para las habilidades socioemocionales, Sharon dice que ellas utilizan de forma más simétrica los hemisferios cerebrales, lo que les permite conectar de una manera diferente a los hombres con sus emociones y las dimensiones creativas, mientras los hombres funcionan predominantemente de forma lógica. “Obviamente que este factor biológico es fundamental, aunque como todas las habilidades es importante entrenarse y seguir desarrollándolas, pues no por ser hombre o mujer quiere decir que solo somos buenos en una dimensión y no en otras. Por el desafío de todos y todas es poder llevar estas habilidades a un ejercicio cotidiano en nuestras vidas”, dice.
Tanto en hombres como mujeres, siempre existe la oportunidad de desarrollar estas habilidades. Sharon dice que “la empatía, cercanía y confianza emocional es algo que se puede aprender, desarrollar, compartir y enseñar. De hecho, el coaching se basa en cómo somos capaces de integrar este tipo de habilidades a los procesos de acompañamiento de personas”.
Es por esto que es relevante que hombres y mujeres líderes se ocupen de desarrollar esta destreza para poder transmitirlo y ser un factor multiplicador en los resultados que se pueden alcanzar, y en la calidad de las relaciones
“No obstante, esto es una responsabilidad de cada uno de nosotros. Existe amplia investigación internacional que da cuenta que son las relaciones y su calidad, uno de los principales factores en los resultados de las personas, sus equipos y las organizaciones en que participan, por lo que aprender estas competencias y hacerlas parte de la cultura del trabajo de un equipo o una empresa completa brindará importantes resultados y mejoras en la productividad”, concluye Sharon.
Foto: Pexels