Por Walter Brizuela, fundador y director de la International Businesslogy School (IBLS).
En el contexto actual, el desafío del progreso es entender y anticiparse al próximo paso evolutivo del sector económico y productivo en el cual nos desempeñamos. El sistema educativo formal tradicional solo prepara para que sus egresados trabajen como empleados y/o funcionarios.
Hoy, la clave está en desarrollar propuestas formativas que cubran una carencia del sistema educativo, que no enseña a los profesionales a ofrecer sus servicios o a generar, a partir de ellos, su propio negocioDebemos resolver esa falencia, permitiéndole entender a cada persona cuáles son los ejes que deben tener en cuenta para progresar en su ámbito de actividad, a partir de las herramientas logradas en su carrera universitaria y/o post graduación, o la experiencia y conocimientos adquiridos en el desarrollo de una actividad determinada.
El sistema educativo formal tradicional solo prepara para que sus egresados trabajen como empleados y/o funcionarios; una concepción que venimos arrastrando desde las primeras décadas del siglo XX y de la que no hemos evolucionado aún.
Esta manera de aprendizaje por acumulación, hoy precisa ser actualizada. Necesitamos un sistema de aprendizaje basado en la inspiración del alumno, que proponga el desafío de pensar y reflexionar desde otros espacios de realización, y que a partir de la utilización de las herramientas que propone, sume nuevos conocimientos que permitan a los alumnos crear una estructura de razonamiento orientada al progreso y la prosperidad.
Sabido es que las personas no trabajamos para cumplir solamente con una tarea, sino que la razón esencial para la que el hombre trabaja es justamente progresar y prosperar. Parece una obviedad, para la educación formal no lo contempla.
La universidad no nos prepara para ser emprendedores, empresarios o profesionales exitosos, salvo algunas excepciones. Solo nos entregan una serie de contenidos que luego deberemos aplicar a la realización de una actividad específica.
Nos preparan para adquirir un conocimiento técnico y obtener un puesto en una organización, pero no para construir una carrera profesional, y mucho menos aún para generar un emprendimiento, triunfar como consultor, o dirigir una empresa.
Esa tarea queda para cada uno, ya que el sistema educativo no se ocupa de activarla, generando una enorme pérdida de tiempo, que podría aprovecharse para alcanzar el progreso y la prosperidad.
Imaginarse la potencia que puede tener un profesional o quien desarrolla un oficio, si se le dan las herramientas para poder gestionar el progreso desde su más temprana juventud (incluso desde la escuela secundaria), es pensar que una mayor cantidad de personas tengan más probabilidades de desarrollar carreras, proyectos y emprendimientos exitosos.
Sin embargo, y como el sistema educativo aún no provee estos recursos, surgen nuevas propuestas que buscan suplir esta carencia, por parte de instituciones como la International Businesslogy School (IBLS).
Si a la adquisición de estas habilidades las aplicamos a trabajadores y ejecutivos que se desarrollan dentro de las empresas, los beneficios serán personales y colectivos, ya que redundarán en resultados concretos para las organizaciones.
Si las enfocamos en una persona que tenga capacidades emprendedoras, veremos el surgimiento de nuevas pequeñas y medianas empresas, que a su vez generarán empleo, y por ende prosperidad para sus dueños como para sus trabajadores.
Y si aplicamos la educación para el progreso y la prosperidad a las compañías familiares, todos los miembros de una familia estarán alineados con el crecimiento de su empresa, desde los primeros años de juventud, obteniendo la mejor capacitación posible para cuando les toque asumir responsabilidades.
Muchas personas no estudian una carrera universitaria, pero al tener una habilidad innata para los negocios, logran desarrollar emprendimientos y empresas exitosas. En otros casos, las condiciones para avanzar con este tipo de proyectos están presentes, pero el sistema educativo lleva a que las personas que cuentan con la capacidad de iniciativa/creatividad, y no sepan que la tienen, no puedan desarrollarla.
Desde la International Businesslogy School (IBLS) venimos a revertir ese proceso, bajo la premisa que nunca es tarde para formarse para el progreso y la prosperidad.
En este sentido, la Negociología o Businesslogy es la ciencia del progreso que permitirá, a través de un conjunto de conocimientos estructurados, acceder a conocimientos y habilidades transversales, integrando la historia y el presente, de cada persona y organización, para ofrecer una nueva visión de futuros previsibles, que facilite transitar la evolución de la actividad laboral y progresar mediante el trabajo.
La clave es adquirir recursos, habilidades e inspiración para que las personas puedan mejorar la venta de sus servicios, incrementar el posicionamiento de su perfil dentro de una organización, darle forma a su negocio o reorientar sus estrategias de mercado; teniendo en cuenta las lógicas evolutivas de cada actividad, que les permitan progresar y prosperar.