En la formación en salud la innovación debe ser una herramienta práctica. Es el caso del proyecto Oliber, desarrollado en Chile por estudiantes de la Universidad del Desarrollo.
Frente a los problemas de la salud es necesario diseñar nuevas soluciones. Esto puede ser un nuevo proceso, el desarrollo de una aplicación tecnológica y cambiar una forma de comunicar o educar, entre muchas otras posibilidades. Para eso nada mejor que dirigir a este desafío a curiosos estudiantes jóvenes.
En Chile, en la Universidad del Desarrollo la innovación está en el centro de su proyecto educativo. Esto para todas las carreras, incluyendo la Facultad de Medicina, donde los alumnos se exponen al mundo desde los primeros años, salen a encontrar estos problemas y a proponer transformaciones innovadoras.
El alumno universitario no tiene sesgo, puede pensar “fuera de la caja” y aprende desde su formación profesional a trabajar de manera interdisciplinaria. Es así como en la Universidad del Desarrollo se crean los dLab (laboratorios interdisciplinarios) o la semana i (días de trabajo entre alumnos de diferentes carreras con un objetivo común), en que desarrollan un proceso de búsqueda de la información desde los usuarios (pacientes, por ejemplo) y el desafío está en desarrollar innovaciones concretas e idealmente frugales (reproducibles, económicas y con impacto).
Ellos y ellas viven el proceso de diseñar nuevas soluciones, con lo cual se realiza un aprendizaje profundo de las temáticas, con un conocimiento que no viene desde los libros, sino que viene directo de la experiencia al estar en contacto con las dificultades reales de los usuarios.
"Se realiza un aprendizaje profundo de las temáticas, un conocimiento que no viene desde los libros, sino que viene directo de la experiencia", comenta la Dra.Castillo
Es así como nace Oliber, una órtesis accesible que permite a los niños o adultos con Epidermolisis Bulosa (piel de cristal) el tener independencia en el uso de instrumentos tan relevantes como una cuchara para comer. Estudiantes de Diseño pudieron comenzar sus carreras profesionales con un fruto de esta oportunidad de aprendizaje para profesionales del siglo XXI, y en su dLab lograron desarrollar este prototipo, que se ha ido mejorando hasta transformase en un producto que se vende y utiliza en un mundo globalizado, llegando como una compra online a países distantes. Este proyecto transformó a sus creadoras quienes no sólo pudieron ganar muchos concursos de innovación, hoy estas diseñadoras jóvenes tienen un negocio propio en esta línea.
Con esta metodología, un grupo de alumnos de diferentes áreas del conocimiento genera una lluvia de ideas que nutre con creatividad cualquier proceso de construcción. Si revisamos la secuencia del proceso de creación, vemos como su idea central “guantes con imanes” nace en la construcción inicial de propuestas para la solución de una problemática de salud entre los alumnos del dLab.
Así, desde la curiosidad total de los jóvenes, con la guía de un proyecto educativo transformador terminan con un producto que impacta más allá de las fronteras de su país.
Casos como este proyecto de la Universidad del Desarrollo abren para toda Latinoamérica la oportunidad de visualizar lo virtuoso que resulta la relación entre estudiantes actuales y un curriculum que valore la formación en innovación como una herramienta esencial en la formación de profesionales del futuro.
Y en Chile hoy más que nunca necesitamos nuevas soluciones a los problemas reales de la población.
La Dra.Marcela Castillo es Directora de la Carrera de Medicina de la Facultad de Medicina Clínica Alemana-Universidad del Desarrollo