Por Eloy Mansilla, Neurólogo vascular y Jefe de la unidad de TeleACV del Servicio de Salud Metropolitano Sur (SSMSUR-MINSAL).
Los Ataques Cerebro Vasculares (ACV) cobran la vida de un chileno cada hora. Uno de cada seis personas en el mundo sufrirá un ACV y miles de ellas quedarán con un alto grado de discapacidad, impidiéndoles retornar a su vida laboral y familiar. Al ser una patología tiempo-dependiente, que no distingue edad o sexo, exige traslado rápido a un servicio asistencial desde que irrumpen las primeras señales. De hecho, el tratamiento estándar para un ACV isquémico es menor a 4.5 horas.
En nuestro país, el diagnóstico precoz hecho por neurólogos y los procedimientos de recanalización están restringidos sólo a ciertos hospitales y clínicas ubicados en las principales zonas urbanas. En la práctica, lo que impide el tratamiento de miles de pacientes es encontrarse lejos del centro de resolución, o que dicho centro no cuente con especialistas en la urgencia.
Para enfrentar esta realidad, implementamos junto al MINSAL un sistema de Telemedicina sincrónico de urgencia para detectar y tratar el ACV a distancia, que está quebrando las brechas geográficas y el acceso a médicos especializados desde 2017.
El proyecto TeleACV está innovando no sólo en tecnología, sino también en procesos de atención. A la fecha, se han atendido cerca de 1000 personas que han ingresado con síntomas de infarto o hemorragia cerebral a siete hospitales públicos de Chile, logrando récords de cobertura y permitiendo la realización de trombolisis a 12%-14% de los pacientes, lo que representa una de las mayores tasas a nivel nacional e internacional.
En estos meses se sumaron a la iniciativa los hospitales de San Antonio y Hanga Roa, en Isla de Pascua. El desafío para 2019 es llegar a cinco recintos asistenciales más que han sido detectados como críticos por nuestros algoritmos de toma de decisiones basados en datos y georreferenciación. El plan de expansión requiere recursos adicionales, pero favorecería a cerca de 500 mil beneficiarios más, llegando a un total de 4 millones de personas a lo largo del país.
En esta era, donde la medicina en conjunto con la tecnología pueden resolver de manera óptima catástrofes sanitarias como el ACV, es perentorio dar soluciones de calidad a la población. Es fundamental ser parte de este proceso, por eso creamos una red inédita de tratamiento del más alto nivel, convencidos de ser un aporte para disminuir la inequidad en nuestro sistema público de salud.