Cargill Inc., una de las principales faenadoras en Estados Unidos, recortará en 20% el uso de estas sustancias en los animales que produce.
Reuters. La preocupación de doctores y consumidores sobre la alta presencia de antibióticos en la carne para consumo humano -y su supuesta vinculación a la resistencia desarrollada por las bacterias contra el tratamiento de enfermedades- ha generado medidas en la industria carnicera.
Cargill Inc., uno de los principales procesadores de carne en Estados Unidos, anunció que reducirá el uso de estas sustancias en su ganado. Dicha medida se tomará tanto en sus terrenos en Texas, Kansas y Colorado, como también en los que administra Friona Industries, que vende cabezas a Cargill. La reducción, de un 20% en el suministro de antibióticos, afectará a un volumen anual de 1,2 millones de cabezas, que corresponde a un 18% de la producción de la empresa.
El presidente de la división de vacunos de la empresa, John Keating, manifestó que Cargill considera "que el cliente y los deseos del cliente para asegurar la efectividad médica a largo plazo de los antibióticos tanto en animales como en personas".
Voces de la salud pública, así como científicos y legisladores, han critado el uso de antibióticos en animales para consumo humano, puesto que lo consideran un factor para el desarrollo de resistencia a sus efectos.
En 2013, la Administración de Alimentos y Drogas de EE.UU. (FDA) emitió guías voluntarias para las industrias farmacéutica y agricultora, en las que se llamaba a evitar el uso de antibióticos para acelerar el crecimiento del ganado, aunque manifestaba que aún se podían usar para tratar enfermedades en animales.