Tres subtipos circulan desde Siberia a Uganda y de Irlanda a Chile. Se teme que mutación en porcinos habilite su transmisión masiva entre humanos.
Cluster Salud. Una mujer de 37 años se ha convertido en la última persona en contraer la gripe aviar H7N9, que afecta a los seres humanos, con lo cual el número total de infecciones este año, en Hunan, China, es de 16. Lo que incluye cinco muertes. La mujer fue diagnosticada ayer lunes en la ciudad de Yueyang, en la provincia de Hunan, en el centro del país.
El contagio se produjo por contacto directo con aves de corral antes de enfermar y se encuentra en estado crítico, según el centro provincial de control y prevención de enfermedades.
En lo que es, dentro de lo malo, tranquilizador, las personas que tuvieron contacto cercano con el paciente no han mostrado síntomas de fiebre o tos, informó la agencia estatal de noticias Xinhua.
H7N9 es una cepa de la gripe aviar que se informó por primera vez que había infectado a humanos en marzo de 2013 en China. Y, por ahora, el virus no ha “aprendido” o mutado el cómo facilitar su transmisión exclusivamente entre seres humanos. Su tasa de mortalidad, en lo cerca de 1.000 casos ocurridos desde su aparición es de 38,5%.
La OMS indicó esta semana que los servicios médicos de todo el planeta deben de estar alertas ante esta y otras posibilidad de que un nuevo virus de la influenza desarrolle la capacidad de provocar una pandemia.
Hoy mismo, por ejemplo, Reuters informó que un brote de gripe aviar en el norte de Alemania esta semana resultó ser de un nuevo subtipo denominado H5N5 (las letras y números refieren a moléculas del envoltorio o “capsula” viral que son específicas de cada una de las variedades).
El hallazgo tuvo lugar en una granja de pavos en Alemania, en Steinburg, en el norte del estado de Schleswig-Holstein, dijo el Instituto Friedrich Loeffler.
La cepa H5N5 se ha encontrado previamente en aves silvestres en los Países Bajos, Italia, Montenegro e Italia y Croacia, dijo el instituto. Y también se había encontrado en aves silvestres en Alemania esta semana. No hay datos de que infecte a los seres humanos. Sin embargo, estos virus son notablemente adaptables. En especial si infectan a un animal como el cerdo, paso previo que les permitiría tomar una forma que les facilite infectar masivamente a los seres humanos.
Un trabajo de la Universidad de Yale, a principios de este mes, recordó que “investigaciones recientes sugieren que el desencadenante de la pandemia de gripe española de 1918 fue originalmente un virus de la gripe aviar”. Y la candidata más observada es una cepa conocida como H5N1. De hecho, en algunos países de la región del Sudeste Asiático, el virus ha sido identificado en los cerdos, que según la revista Nature, "puede albergar virus de la gripe tanto de aves como humanos y actuar como un" recipiente de mezcla" para la aparición de una cepa de gripe aviar que pueda infectar fácilmente a los humanos".
Entonces, Yale advierte que “dado que los seres humanos no han desarrollado previamente inmunidad al virus H5N1, una pandemia podría ser particularmente devastadora. Y debido a que el virus muta tan rápidamente, puede ser rápido también para desarrollar resistencia a los tratamientos. Por esta razón, los esfuerzos preventivos son esenciales”.
En esta temporada el H5N1 circula junto a la H7N9 y a la H5N5. La primera provocó un brote en Bangladesh y 22,5 millones de aves domésticas tuvieron que ser sacrificadas en Corea del Sur debido a ella. Se la ha detectado en lugares tan lejanos como Kazajastán e Irlanda, en tanto que la cepa H7N9 circula en China y Hong-Kong. Brotes de cepas no identificadas por los medios han surgido en Uganda y Chile.
El problema es que existe una relativa tranquilidad de parte de las autoridades no médicas y la población mundial respecto a las posibles pandemias de influenza. Ello se debe que a que las últimas no han logrado esparcirse de manera tan dramática como las de 1918-19, 1957-58 y 1968-69, en parte por la existencia de antivirales, de mejores vacunas y de la acción decidida de algunos gobiernos en momentos críticos. No obstante, con una población tres o cuatro veces mayor que hace medio siglo y con una red de transporte aéreo que podría llevar un nuevo virus en pocas semanas hasta los lugares más lejanos, la posibilidad de una pandemia grave no debe excluirse y las autoridades médicas deberían tener planes de contingencia más flexibles, y con recursos de fácil acceso, que los habituales.