Un segundo idioma, incluso en edad adulta, puede afectar positivamente la estructura cerebral, siempre y cuando la práctica de dicho idioma sea recurrente en el día a día de la persona.
Más de 700 horas es lo que una persona gasta en promedio estudiando inglés en el colegio, sin contar las horas de clases adicionales en institutos de idiomas. Sin embargo, el aprendizaje teórico no basta si no viene acompañado de la práctica oral.
Un estudio de la Universidad de Kent (Reino Unido) afirma que aprender un segundo idioma, incluso en edad adulta, puede afectar positivamente la estructura cerebral, siempre y cuando la práctica de dicho idioma sea recurrente en el día a día de la persona.
Es precisamente para cubrir esa necesidad que los expertos recomiendan distintas alternativas para mejorar el dominio del idioma. La opción más efectiva es el intercambio en el extranjero, sin embargo son pocas las personas que pueden permitirse estudiar afuera.
Para cubrir la necesidad de ganar fluidez sin salir de la ciudad, es que en los últimos años han surgido distintas alternativas virtuales y presenciales para practicar un idioma. en bares y cafés, de manera real y cara-a-cara con otras personas.
Una de esas alternativas es Poliglota.org, red social de idiomas que reúne a personas en bares, parques y cafés a practicar y aprender idiomas cara a cara en todo el mundo.