La iniciativa comercial china abrirá las puertas para inversiones comunes en infraestructura, analiza para Asia Link PwC desde Perú.
La reconstrucción de las antiguas Rutas de la Seda, que conectan a China y Europa a través de Asia Central, ha ganado un impulso económico importante.
El proyecto, anunciado por el presidente chino Xi Jinping en 2013, tiene como objetivo la promoción del intercambio comercial, la cultura y la integración social.
Esta ambiciosa iniciativa viene desarrollándose a través de la implementación de sistemas de ferrocarriles, aeropuertos, e incluso una ruta marítima; demandará al gigante asiático asociarse con empresas extranjeras para la ejecución de proyectos de infraestructura, explica el reporte Repavimentando las antiguas Rutas de la Seda, elaborado por el Centro de Mercados en Crecimiento de PwC.
Para las empresas extranjeras, una colaboración con empresas chinas en proyectos de infraestructura ubicados en terceros países puede brindar acceso a nuevos mercados y también pavimentar el camino para incursionar en el mercado chino. El reporte de PwC en Lima analiza cómo estas empresas podrían seleccionar, evaluar y participar en los proyectos de la denominada “Nueva Ruta de la Seda”, especialmente con Perú, país tiene como importante socio comercial a China.
En 2016, el presidente chino Xi Jinping emprendió una gira por países de América del Sur, que incluyó una visita a nuestro país, a Chile y Ecuador. Durante esta visita, alentó a los países latinoamericanos a unirse a la iniciativa.
Si bien el foco de atención de China en el marco de esta iniciativa está puesto en Asia y en sus rutas de conexión a Europa, al Océano Índico y al Medio Oriente, las mega inversiones en infraestructura generarán una alta demanda por minerales como el cobre y el hierro que impactaría en su cotización en términos que beneficiarían al Perú.
Sabemos que China es hoy uno de los principales inversionistas en minería en el Perú, y es muy probable que continúe muy activo en los proyectos futuros que salgan adelante, explica Juan Carlos Mandujano, socio de Clients & Markets de PwC Perú.
Sin embargo, el reporte de PwC señala que, si bien existen oportunidades numerosas de inversión, las empresas extranjeras pueden encontrarse con algunos riesgos, particularmente desde tres perspectivas: por una parte, están los riesgos geopolíticos: a menudo se exponen a cambios en los regímenes políticos y dificultades en las relaciones bilaterales.
También existen riesgos de financiación. Además de las fuentes de financiación de China, las empresas también deben tener en cuenta que muchos mercados en crecimiento tienen dificultades para pagar los préstamos que necesitan.
Y existe los riesgos operacionales, donde las empresas interesadas deben permanecer vigilantes de la planificación operativa, incluso cuando las empresas estatales tanto de China como de los países de acogida están empezando a adquirir experiencia internacional.
Para evitar estos riesgos, las empresas deberán desarrollar un sólido caso de negocio, el cual debería contemplar la oferta y demanda del mercado, evaluar la madurez y los planes futuros de la infraestructura circundante, así como equilibrar la valoración de su experiencia. Por ejemplo, una empresa que ya tiene un proyecto en operación en Kazajstán podría evaluar si tiene sentido añadir otro en este momento.
"Luego de identificar los proyectos en los que se participarán y después de evaluar sus riesgos, el reporte indica que las empresas pueden aumentar sus posibilidades de éxito mediante la elaboración de estrategias de contingencia, la generación de lazos con gobiernos locales, el desarrollo de asociaciones de confianza con empresas locales y el establecimiento de mecanismos para compartir riesgos", destaca el documento.
Para revisar el reporte completo puede ingresar en este link.